Ramiro Albino: “el interés por la música antigua no es europeo ni americano, sino global”
Recientemente el periodista y musicólogo argentino Ramiro Albino ha lanzado su libro Música Colonial Hispanoamericana del que esta publicación se hizo eco el pasado noviembre. A pesar de la intensa actividad de presentaciones de la obra y recitales que ha ofrecido estas últimas semanas por distintos países de América Latina, Música Antigua ha tenido la oportunidad de entrevistarle para conocer más en profundidad este interesante trabajo.
Por cierto, a partir del 15 de diciembre estará disponible la versión digital del libro a la que puede accederse contactando con el propio autor en la dirección de correo electrónico: [email protected].
Cuéntenos cuáles han sido las motivaciones que le han llevado a acometer este proyecto y cómo ha sido su gestación.
Me interesa la música antigua hispanoamericana desde mi adolescencia, y me dedico profesionalmente a la música colonial desde hace unos 15 años. A lo largo de mi carrera me llamó siempre la atención que no hubiese un aparato teórico accesible a los intérpretes y que fuese capaz de sostener sus versiones desde el concepto y no sólo desde la intuición o la imitación. Eso me llevo, durante los últimos 20 años, a recopilar material teórico de manera desordenada y un poco aleatoria. La idea de hacer un libro con todo eso llevaba varios años en mis ideas, pero no me atrevía a concretarlo. Finalmente sentí que era el momento, y me puse a ordenar y releer mucho de lo que tenía en mi biblioteca, y a llenar algunos baches con nuevo material, hasta llegar a este libro.
¿Existe, como parece desde España y en concreto desde MúsicaAntigua.com, un creciente interés en Latinoamérica por la música antigua? Nuestra publicación recibe numerosos comentarios y preguntas desde los distintos países de ese continente.
El interés por la música antigua no es europeo ni americano, sino global. Es lógico que la página reciba muchas consultas desde la América hispanoparlante, por una obvia cuestión idiomática (y porque felizmente la página ha sabido posicionarse muy bien a través de redes sociales, etc.), pero también hay quienes se sienten atraídos por los estilos preclásicos en África, Asia y Oceanía, aunque gran parte de ellos no acceda al sitio por la obvia barrera lingüística.
Según expone en su libro, el principal problema para comprender la música antigua americana es que se aborda desde un enfoque práctico basado en la interpretación ¿A qué se refiere exactamente con dicha afirmación? ¿Acaso que la música se toca sin haber sido debidamente estudiada, analizada y contextualizada?
Hay mucha gente que estudió y contextualizó el repertorio colonial, de manera muy seria e intensa, especialmente atendiendo a casos puntuales: la música en una región, o en una catedral, o en torno a una figura. Frente a eso aparecen dos falencias: por un lado la falta de difusión de esos textos (circularon más rápido las partituras que los estudios teóricos, que parecen más restringidos al ámbito académico al que no todos los intérpretes saben llegar) y por otro lado la carencia de estudios más generales, que busquen atender a las constantes estilísticas que se dieron a lo largo de todo el territorio colonial. Suele ocurrir entonces que los conjuntos que interpretan el repertorio (mayormente los coros) no consiguen ese material, ofreciendo entonces conciertos y grabaciones desde una perspectiva muy empírica.
El proceso de colonización de América Latina sin duda tuvo efectos sobre las formas culturales locales. ¿En qué medida los criollos americanos impusieron las formas musicales europeas y acabaron con la música autóctona de los pobladores originales?
La música autóctona fue reemplazada apenas comenzó la conquista, y no fueron los criollos (que aún no tenían ninguna fuerza), sino los españoles quienes se intentaron eliminarla, según la normativa de la época, que suponía que toda manifestación musical de los pueblos originarios de América era idolátrica y por lo tanto debía ser extinguida.
Dedica gran parte del libro a hablar sobre los jesuitas. ¿Qué papel le otorga a la Compañía de Jesús como divulgadora de la música europea en América?
Los jesuitas divulgaron ideas, y entre ellas propagaron la música, como parte de los contenidos «civilizadores» que pretendían comunicar. Dedico buena parte de mi libro a la tarea de los jesuitas porque el repertorio misional está entre lo más difundido de la música colonial hispanoamericana, ya que entre las partituras editadas, lo más sencillo de conseguir es la música de Zipoli y otros compositores cuya música se encuentra en las reducciones.
¿Podemos afirmar que la música fue utilizada por la Iglesia como una herramienta de evangelización de los pueblos nativos americanos?
La colonia duró algo más de trescientos años. La música fue un elemento evangelizador en algunos lugares y sólo en el primer momento, luego de eso el continente ya era cristiano, y no era necesario evangelizarlo (ni con música ni de ninguna otra manera), sino sólo hacer música a la manera española, según las normativas reales y eclesiásticas.
¿Se observan diferencias significativas en la penetración de la música en las zonas virreinales y coloniales?
Todo el territorio español en América fue colonia por lo tanto era «zona colonial» y toda esa misma tierra estaba administrada por virreyes, así que era «zona virreinal». La música penetró de maneras diversas en cada región del continente, pero no por cuestiones administrativas, sino por el celo o fuerza de quienes estaban a cargo de la música o por circunstancias económicas puntuales (no en todos lados podían pagar una capilla de músicos, o un buen maestro, o contratar ministriles, etc.).
¿Hubo una influencia recíproca de las formas musicales coloniales en la música europea o solamente se trata de casos puntuales, como la danza chacona, que procedente de América se hizo sumamente popular en la Europa del siglo XVII?
Ante todo no estoy seguro de que la chacona sea realmente americana, es un tema discutido, y no tengo certezas al respecto.
Más allá de eso, tengo pocos datos sobre la presencia de la música americana en el mundo europeo de los siglos XVII y XVIII. Hay casos puntuales y concretos de transplante musical del Nuevo al Viejo mundo, como la antología «Luz y norte musical», de Lucas Ruiz de Ribayaz, publicada en España tras su paso por las Indias, pero aún falta mucho estudio sobre esas influencias.
¿Cuáles son a su juicio las razones por las que la música hecha en las colonias españolas en los siglos XVI, XVII y XVIII sea tan desconocida incluso para los propios aficionados a la música antigua?
A mi parecer toda la música española (la de la península y la de las colonias) es muy desconocida entre melómanos y aficionados, y así como son pocos los que pueden nombrar o tararear alguna obra de Durón, Hidalgo o Torres, también son pocos los capaces de mencionar o reconocer algo del trabajo de Araujo, Torrejón o Zumaya.
Y creo que esto ocurre porque, la identidad del repertorio se forjó desde discos que tuvieron poca distribución y difusión, y que entonces no se consiguen fácilmente en tiendas, ni se los pasa por radio, etc., por lo que termina siendo un repertorio «exclusivo» para un público restringido. Esta situación ha cambiado en los últimos años, y entonces el repertorio va tomando, poco a poco, otro vuelo.
Para terminar, tras la publicación de este libro, ¿cuáles son sus próximos proyectos en este campo apasionante de la música colonial?
Para el año que viene tengo agendados varios compromisos con mi conjunto «Capilla del Sol», grupo con sede en Buenos Aires con el que me dedico exclusivamente a ese repertorio: conciertos en la Argentina y una nueva gira por Europa, además de un curso en Buenos Aires. En lo personal, tengo también una invitación a hacer repertorio colonial americano en Asia, una gira bastante especial por el Camino de Santiago, y conciertos y clases en mi país, Chile y Uruguay.
Yo habia oido obras de Edad Barroca de Torres, Literes, Vals, de Velasco, Zumaya, Duron, Hildago, me muy gustaron sus obras. Yo estare mucho alegro de redescubrir mas de obras escondidas en Espana y Latino-America.