Concerto 1700 graba las cantatas de madurez de Domenico Scarlatti
Domenico Scarlatti: Amorosi Accenti
Concerto 1700
1700 Classics
A diferencia de su padre Alessandro, Domenico Scarlatti es más recordado por su música instrumental que por sus obras vocales.
Así, mientras que el progenitor ha dejado en su haber para la posteridad más de un centenar de óperas y unas 750 cantatas, a su hijo le conocemos especialmente por las más de 550 sonatas que compuso.
A pesar de ello, Domenico Scarlatti también tiene un grueso de obra cantada, y ese aspecto de su creación es el que aborda la nueva grabación discográfica del ensemble Concerto 1700, en concreto, las cantatas de cámara.
Alguna vez se ha dicho que la cantata es a la ópera lo que el motete a la misa, es decir, un espacio de pruebas para que el compositor experimente con los elementos que más adelante aplicará en los géneros de mayores dimensiones.
La cantata y la sonata se cultivan en la cámara, ante un público reducido, mientras que la ópera está destinada a grandes audiencias.
Alessandro Scarlatti se considera la cumbre de la cantata a solo, pues con él alcanza las más altas cimas de emoción, hasta el punto de que hay quien considera que esta forma ideal de música de cámara murió con él.
Lo cierto es que, en el Barroco tardío, por influencia de la música instrumental, la música vocal cede en términos de expresividad a cambio de una mayor demostración de técnica.
Alessandro estableció en Nápoles la tradición de la composición de cantatas, y su ejemplo fue seguido por nombres importantes, como los de Bononcini, Pollaroli, Ziani, Gasparini, Mancini, Lotti y Caldara.
Por supuesto, también influyó en la carrera profesional de su hijo Domenico.
Nacido en Nápoles en octubre de 1685, en 1701 comienza a trabajar para la Capilla Real napolitana bajo la dirección de su padre.
Tras viajar y vivir en distintos lugares de Europa, en 1719 lo encontramos en Lisboa, como maestro de clave de la infanta Bárbara de Braganza, y en 1729 se traslada a España cuando ella contrae matrimonio con el príncipe heredero español, Fernando.
La última etapa de su vida, entre 1733 y su muerte ocurrida en 1757, la pasa en la corte de Madrid al servicio de los reyes.
Domenico compuso alrededor de cincuenta cantatas y, precisamente, las cuatro seleccionadas por Concerto 1700 en el disco están escritas en la época española del compositor.
Las piezas pertenecen a una colección que guarda la Biblioteca Nacional de Viena, y están escritas para soprano, dos violines y continuo.
Ana Vieira Leite ha aportado su voz a la grabación, que además ha contado con los violines de Daniel Pinteño -director de la formación- y Fumiko Morie, así como con Ester Domingo en el violonchelo, Pablo Zapico interpretando instrumentos de cuerdas pulsada e Ignacio Prego en el clave.
Aunque no existe absoluta certeza al respecto, es bastante probable que estas cantatas fuesen escritas para ser interpretadas por el famoso castrato Farinelli, que por esa misma época vivía en España y, al igual que Domenico, estaba al servicio del rey Fernando VI pues, entre otras ocupaciones, ejerció de director del Coliseo del Buen Retiro, en Madrid, y del de Aranjuez.
Como se indica en el libreto del disco, la de Farinelli se ajustaba a la voz para la que estaban escritas estas cuatro piezas.
Se trata de otro interesante trabajo de Concerto 1700, un conjunto que ha centrado su actividad profesional en patrimonio musical olvidado, y que, en la línea de Amorosi Accenti, ya nos redescubrió la grandeza de las cantadas de José de Torres y de las cantatas sacras de Antonio Literes.
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