Entrevista a Rodrigo Rodríguez, músico: “los monjes Komuso desarrollaron unas piezas donde se aplicaban enseñanzas filosóficas zen a través del sonido del shakuhachi”
Rodrigo Rodríguez es un maestro de talla internacional en la interpretación del shakuhachi, así como en las tradiciones asociadas a él. Se trata de una flauta tradicional de bambú japonesa que se toca verticalmente como la flauta dulce, a pesar de ser en proporción más larga. En el Japón tradicional, los monjes Komuso practicaban Suizen, la meditación soplando este instrumento, frente a la meditación clásica de manera sentada o Zazen. Alcanzaban estados elevados del alma a través de la interpretación instrumental.
Rodríguez es argentino de nacimiento y ha estudiado en Japón música clásica y tradicional bajo los linajes de Katsuya Yokoyama en «The International Shakuhachi Kenshu-kan School», a cargo del Maestro Kakizakai Kaoru. A través de su abultada discografía, este músico ha demostrado que, aunque el shakuhachi es un instrumento antiguo, no se ha quedado anclado en la Edad Media nipona, pues su recorrido va mucho más allá de la tradición, entrando con nombre propio en la música contemporánea. Su más reciente lanzamiento, Ambient Sketches, confirma lo anterior.
¿Cómo se inició tu relación con el shakuhachi? ¿Cómo has llegado a convertirte en un maestro de este instrumento?
Mi relación con la música en general empezó a temprana edad, antes de los diez años; evidentemente por motivos geográficos y culturales en esa época solo escuchaba música occidental, especialmente clásico. Recuerdo haber caído encantado con el compositor Mauricio Ravel.
Fue ya pasados los veinte años que tuve este encuentro con la flauta shakuhachi. Lo puedo describir como un encanto, me quedé hechizado con su sonido y sus posibilidades acústicas tan poco frecuentes.
Después de esta experiencia fue cuando decidí que me tenía que dedicar a este sonido e instrumento. Al poco tiempo marché a Japón.
¿Qué papel juega el shakuhachi dentro de la cultura japonesa? ¿Cuál fue su origen y utilidad?
El shakuhachi es un instrumento muy importante para la cultura japonesa; junto con el koto y el shamisen, forman el ensemble de música clásica y cortesana del antiguo Japón. El origen se traza en la antigua China, desde donde se introdujo a Japón. En siglos posteriores, el shakuhachi se fue adaptando y evolucionado.
Hubo unos monjes budistas que usaron este instrumento durante siglos para su práctica religiosa. Los monjes Komuso desarrollaron unas piezas donde se aplicaban enseñanzas filosóficas, practica del zen, a través del sonido del shakuhachi.
A pesar de ser un instrumento medieval ¿tiene un repertorio contemporáneo?
Sí, claro, es un instrumento que durante el tiempo se adaptó a muchas músicas en Japón, como el Minyo, que es el folklore japonés, la música de cámara o cortesana. Su raíz y desarrollo en el siglo XVI en Japón consolidó la tradición que hoy en día estudiamos anterior a la música contemporánea.
A menudo interpretas piezas de composición reciente ¿cómo se aborda la música moderna con este instrumento?
Últimamente grabé música contemporánea, film music o soundtrack, para un videojuego. El shakuhachi es un instrumento muy adaptable a diversos géneros, tal vez por su cercanía a la voz humana.
Mi maestro Kohachiro Miyata es un compositor virtuoso en lo que se refiere a música para shakuhachi y koto. Ambos instrumentos se complementan perfectamente y son candidatos para repertorios más modernos, con estos matices antiguos o medievales.
¿Cómo ha surgido la idea de tu nuevo disco Ambient Sketches?
Bueno, desde el covid cambio mi forma de trabajo abriendo un horizonte nuevo con la música ambient y la producción musical. El uso de música electrónica clásica con la flauta shakuhachi siempre estuvo presente en mi mente. El disco son cuatro canciones enfocadas a la música Atmospherica, drone. Esta música evoca la introspección y la serenidad, un sentimiento existencial también, que acompaña el shakuhachi solo en una canción, The Holy Fair.
¿Se puede considerar Ambient Sketches una continuación de tus obras anteriores, como Shakuhachi Solos o los tres dedicados al Zen?
Ambient Sketches es un disco diferente a los otros mencionados, que se enfoca en la música ambient. Shakuhachi Solos es una recopilación de obras para shakuhachi, escritas por mi maestro y tradicionales.
¿Qué parte ocupa en tu discografía la música tradicional japonesa?
Gran parte de mi discografía es música de Japón y shakuhachi. Aunque en años recientes paralelamente publiqué varios discos de música ambient, que usó también el shakuhachi.
Fue una idea que tuve para poder llegar a un público diferente e introducir este instrumento mezclado con la electrónica.
¿Sueles actuar en directo con frecuencia? ¿Qué formato tienen los recitales que ofreces, actúas en solitario o con acompañamiento de otros instrumentos?
Sí, suelo realizar varios conciertos anuales, algunos de ellos como solista y otro acompañado de instrumentos como el koto, la guitarra clásica o el laúd.
Cuando actúo solo normalmente ofrezco el repertorio ideal para solistas de este instrumento, que es el Honkyoku. Honkyoku (本曲, «piezas originales«) son las piezas de música para shakuhachi recopiladas en el siglo XIII.
En cambio, cuando actúo con otros instrumentos, nos enfocamos más en la música moderna escrita en el siglo XX. También improvisamos usando modos o escalas diversas del Japón, que limitan las partes geográficas del Japón.
Recientemente has grabado una cantiga de Alfonso X el Sabio con la flauta shakuhachi. ¿Cómo se adapta este instrumento oriental a la música medieval europea?
Ya hace años que tengo las Cantigas de Alfonso X en mente; soy un fan de esta música y aprecio su legado al completo. Es un reto adaptarlas para shakuhachi, porque, claro, esta música fue compuesta para otros instrumentos.
De momento adapté una y ya está publicada en mi canal de Youtube: la Cantiga nº 100, que interpreto en una iglesia como solista.
Para finalizar, ¿qué nuevos proyectos tienes a corto plazo?
Estoy pendiente del permiso del obispado de la isla de Mallorca para grabar la obra más conocida para flauta solista de mi maestro, Kohachiro Miyata. Tsuru No Sugomori ya fue grabada antes, pero mi idea esta vez es grabarla y perfeccionarla.
Tengo conciertos en las Islas Baleares para septiembre y octubre.
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