Festival Joan Carles i Amat 2024

Con la llegada de 2024, y superado el año conmemorativo, ya se empieza a vislumbrar el gran objetivo que hay en el horizonte en Monistrol de Montserrat: el Festival Internacional de Guitarra a nombre del personaje y que se prevé de expansión por el territorio. Mientras no llegue, sin embargo, el gran hito, el Festival Joan Carles i Amat, de una dimensión más local, vendrá a ser como un avance, un embrión del futuro evento.

Con un perfecto equilibrio entre los conciertos y la actividad formativa, esta primera edición del Festival prevé cinco conciertos de tipología muy diversa y la segunda edición de la Academia, de nuevo con Hopkinson Smith impartiendo las clases magistrales de instrumentos históricos de cuerda pulsada y con los cursos de guitarra clásica de Àlex Garrobé (Escuela Superior de Música de Cataluña) y Anders Clemens Øien (Conservatorio Superior de Música de Aragón), quien este año sustituye a Guillem Pérez-Quer.

La gran novedad es la inclusión de un curso de canto histórico impartido por Sophie Klussmann, de manera coordinada con el curso de Hopkinson Smith.

Dowland en estado puro: las pavanas Lachrimae or Seven Teares, en primicia en Monistrol de Montserrat 

La discografía de Hopkinson Smith es impresionante y abarca un inmenso repertorio de obras que los instrumentos históricos de cuerda pulsada han dado de si, que en su conjunto configuran un espléndido panorama donde autores imprescindibles de la historia de la música han plasmado su talento. 

De entre los compositores de cabecera de Smith, John Dowland ocupa un lugar preeminente; no en vano, uno de los 10 prestigiosos Diapason d’Or con que la industria fonográfica ha galardonado al maestro corresponde al disco A Dream dedicado al gran compositor inglés, publicado en 2005.     

Pero Hopkinson Smith, a pesar de los más de 50 años de carrera que lleva a sus espaldas, conserva una vitalidad desbordante y no se encoge a la hora de acometer nuevos retos. Uno de ellos, el nuevo disco que grabará este mismo noviembre y que Monistrol tendrá el privilegio de vivir en primicia: la adaptación que ha realizado para laúd solo de las célebres Lachrimae or Seven Teares, una colección de siete pavanas concebida originalmente para consort de violas y en la cual el laúd tiene un papel meramente testimonial. Será solo una muestra en la primera parte del concierto, a la espera de poder disfrutar de la integral en un futuro próximo. Tal como explica el mismo maestro, “se trata de transformar música concebida para conjunto hasta su nivel más íntimo”.     

Las Lachrimae, publicadas en 1604, son una exquisita joya musical que nos llega al fondo del alma hasta conmovernos. Su origen lo encontramos en la canción Flow my tears (Fluyen mis lágrimas) del mismo Dowland. Ya solo el título, de lamentosas resonancias, nos evoca la melancolía que impregna esta música, que es, de hecho, un rasgo inherente a un personaje sensible y propenso a la desolación. 

Ésta es música para meditar, lejos de efectismos o artificiosidad, y a pesar de los siglos transcurridos, sus efectos permanecen por su intemporalidad y por su inefable poder de expresión. Dowland en estado puro: una música purificadora en un mundo de ruido, que pese a su morbidez, nos llega como un hálito vivificante.   

De forma equivalente a la primera, la segunda parte del concierto participa de la misma idea: adaptaciones para voz y laúd de música concebida para ensemble vocal. Paralelamente a las primeras impresiones de música polifónica entre 1500 y 1520, se publicaron en París y en Venecia diversos libros con los arreglos para voz y laúd, con el resultado de una unidad expresiva en la cual se fusionan la pureza de la voz con el sonido cristalino del laúd, todo bajo la inspiración de unos textos exquisitos.  

 Este repertorio constituye la base de esta segunda parte: una selección de frottole, chansons y algunos songs también de Dowland del disco que Hopkinson Smith y Sophie Klussmann han grabado el pasado junio. El título que da nombre al concierto, «Per meraviglia», proviene de la canción Se mai per meraviglia de Franciscus Bossinensis, con una emotiva melodía que tiene su origen en épocas más remotas. Las otras piezas son exponentes de la música vitalista que se cultivaba en las cortes del Renacimiento, que tocan diferentes registros de las emociones humanas: el humor, la melancolía (Per dolor) o la picardía (Il est jour). 

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