Honshirabe, la flauta japonesa de Rodrigo Rodriguez
La palabra japonesa shirabe se usa hoy con el mismo significado que melodía, pero deriva de la palabra que significa ‘investigar’ (shiraberu) y, por lo tanto, implica la idea de investigar las relaciones entre uno mismo y el estado cósmico en el que uno se encuentra.
Esto explica por qué las piezas con el término shirabe en sus títulos a menudo se interpretan como introducciones a otras piezas.
Hay muchas piezas en el repertorio de shakuhachi (flauta de bambú japonesa) con títulos que incluyen el término shirabe, pero la presente pieza es la más fundamental de todas, como sugiere el hecho de que su título significa ‘shirabe original‘.
Hon-shirabe fue transmitido desde el templo Fudaiji en Hamamatsu a la escuela Seien de shakuhachi por el fundador de la escuela, Kanetomo Seien (1818-1895), aunque se dice que la pieza es casi idéntica a una pieza titulada Choshi transmitida en el templo Myoanji en Kioto.
La pieza comienza con un motivo simple que presenta repeticiones de un solo tono.
El tono sube gradualmente hasta llegar a un pasaje denominado tsuguri.
Este término deriva de la idea de ‘suceder’ al tono de color anterior.
El principio involucrado en este caso es tocar tonos utilizando digitaciones generalmente utilizadas para los tonos un tono o un semitono más alto, es decir, bajando el tono.
Esto da como resultado una calidad de tono tenue con pocos armónicos, y también contribuye al contraste entre el sonido y el silencio en la música.
La pieza llega a su fin tras una vuelta al motivo con el que se inició.
Por lo tanto, en términos de color de tono, la pieza tiene una estructura ternaria con música que presenta un uso restringido de armónicos, que se establece entre música que emplea armónicos al máximo.
Esto es paralelo a una estructura fuerte-suave-fuerte.
En la música occidental, una estructura ternaria de este tipo que se aplique principalmente al nivel del tono, el color y la dinámica sería muy inusual.
Otra característica de esta pieza es el énfasis en la noción dinámica y austera del contraste dinámico entre el sonido y el silencio, el sentido del tiempo conocido en la estética japonesa como ma.
La misma simplicidad de la melodía hace que esta sea una pieza difícil de interpretar y, por esta razón, se considera que es una piedra de toque de la habilidad de un intérprete de shakuhachi.
En el nivel espiritual, la maestría de interpretación demostrada por alguien que toca esta pieza es considera que refleja su etapa de desarrollo en el camino hacia la iluminación budista.
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