Hoy, cómo no, el Pange Lingua
De nuevo otro canto al Santísimo en esta semana del Corpus. Hoy, nuestro autor ya es un «viejo» conocido por estos lares. Un maestro de la polifonía del renacimiento que, afortunadamente para nuestras cuentas patrias, era español. Cuando escuches la obra apreciarás inmediatamente tanto la calidad de la misma como su efectividad.
Hablo de Francisco Guerrero (1527-1599), sevillano de nacimiento. Fue discípulo de el divino Morales en Toledo. Tras pasar por Jaén y Málaga, terminó tomando posesión del preciado puesto de maestro de capilla de la catedral sevillana. Curiosamente, acudió en 1551 a opositar a la plaza de maestro de capilla de la catedral de Málaga. Cuando acudió y vio que otro de los candidatos era Cristóbal de Morales, cesó en el intento. Posteriormente, en 1554, tras marcharse Morales a Marchena, accede al puesto. Sin embargo, el cabildo sevillano, conociendo la calidad del maestro Guerrero, lo nombra maestro a perpetuidad con lo que ni siquiera llegó a tomar posesión de su puesto en Málaga. Tal era la estima que gozaba nuestro compositor de hoy.
Como no podía ser menos, hoy te traigo el Pange Lingua, dado que estamos en el día en que antiguamente se celebraba la solemnidad del Corpus (actualmente trasladada al domingo). Esta obra es para «In festo Corporis Christi». Se trata de otro himno eucarístico escrito por el doctor de Aquino y además de en este día se usa en otras celebraciones eucarísticas, como en el Jueves Santo o siempre que hay reserva. Las dos últimas estrofas, Tantum ergo y Genitori, se cantan en el momento de la bendición solemne con el Cuerpo de Cristo.
Si escuchas la obra, te va a sorprender que no tenga la melodía gregoriana habitual que se canta en los templos. Eso es porque se usa el canto llano llamado more hispano. No son más que otros cantos llanos usados en el Renacimiento, que son típicamente hispanos, destacando sobre todo los himnos Pange Lingua y Vexilla Regis. Sobre todo los usó Victoria y Guerrero.
La pieza está interpretada de la forma habitual: intercalando los fragmentos polifónicos entre los de canto llano (en los que puede apreciarse la melodía hispana), y con el «Tantum ergo» cantado en valores más largos, dado que era el momento de la bendición. Guerrero dota a la obra de un especial sabor eucarístico y de adoración, haciendo que las cuatro voces desgranen una polifonía especialmente destacable. El canto llano «more hispano» lo va usando en las diversas voces; concretamente, en el cantus en el «Nobis datus» y el «Tantum ergo» y en el tenor en el «Verbum caro». La obra fue publicada en el «Liber vesperarum», publicado en Roma en 1584.
Si quieres seguir su partitura, puedes hacerlo haciendo clic aquí.
Aquí tienes esta obra en una interpretación de ese coro que está plenamente en estado de gracia como es el de la Catedral de Westminster dirigido por James O’Donnell.
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