¿Quién fue Anonymous IV?
Entre las fuentes musicales medievales una de las más conocidas es Anonymous IV (es decir, «Anónimo 4»). Es posible que incluso el nombre te suene ya que un cuarteto de mujeres que se dedican a cantar repertorio medieval ha tomado este nombre. Sin embargo, espero que no pretendas conocer perfectamente quién fue, ya que poco se sabe…
De hecho, lleva ese nombre, Anonymous, porque no se sabe quién fue, ni siquiera cuál era su nombre; su nombre no es gratuito ya que es un perfecto anónimo.
Dicho nombre se debe a que debido a la grandísima cantidad de obras anónimas se tuvo la necesidad de ir clasificándolos de alguna forma.
Eso hizo el musicólogo Charles Edmond Henri de Coussemaker (1805-1876), que además era jurista y etnólogo.
Coussemaker fue editando y publicando distintos manuscritos dándole nombre: anónimo I, anónimo II, anónimo III, anónimo IV, etc. De todos ellos, el que tenía destacadamente más importancia era el que fue designado como Anonymous IV.
La importancia de este manuscrito se debe a varios factores que su autor tuvo a bien dar reconocimiento para la posteridad.
Concretamente, la obra apareció en el primer volumen de una obra de Coussemaker titulada Scriptorum de Musica Medii Aevi, como el cuarto grupo de siete tratados cuyos autores son actualmente desconocidos.
El manuscrito fue escrito en torno al año 1275, y en él destacan las referencias a la Escuela parisina de Notre-Dame, que floreció aproximadamente entre 1180 y 1240.
De Anonymous IV es casi mítica la cita que de Pérotin y Léonin aparece en el manuscrito. Concretamente, la cita es la siguiente:
Nótese que el maestro Leonin, según lo que se ha dicho, era el mejor compositor de organa, e hizo el Gran Libro de Organum a partir del gradual y el antifonario para usarse en el servicio divino.
Se usó hasta el tiempo de Perotin el Grande, quien lo editó y escribió muchas y buenas clausulae o puncta, ya que era el mejor compositor de discanto, incluso mejor que Leonin.
Este párrafo es el que ha hecho importante a Anonymous IV y el que lo ha hecho centro de estudio de los eruditos. Sucesivos investigadores situaron a Léonin y Pérotin en el lugar más alto (el primero como compositor de organa y el segundo de discantus) por lo que lo mismo le sucedió a Anonymous IV.
Por tanto, vemos cómo la importancia de Anonymous IV es múltiple, siendo un excelente cronista de la música manuscrita de su época. Además trata los ritmos modales y pre-mensurales: los principios que gobiernan ese ritmo, la forma de escribirlo y su aplicación a la música polifónica.
Una joya, por tanto, digna de ser conocida y estudiada como fuente de primera mano de la música medieval.
A modo de ejemplo musical, puedes escuchar este Aleluya de Leonin interpretado por el conjunto británico Red Byrd.
Música maravillosaaaaaaaaaaa
El Anónimo IV son los apuntes de Universidad 🙂