Rodrigo Rodríguez y la belleza de «El Cant dels Ocells» en el shakuhachi

Rodrigo Rodríguez y la belleza de «El Cant dels Ocells» en el shakuhachi

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El maestro Rodrigo Rodríguez, reconocido intérprete de shakuhachi, nos transporta a un universo de serenidad y profundidad con su adaptación de «El Cant dels Ocells». Esta emblemática melodía catalana, tradicionalmente asociada a la paz y la esperanza, cobra una nueva dimensión en las manos de Rodríguez, quien logra entrelazar la pureza de la música antigua con la espiritualidad inherente al shakuhachi japonés.

«El Cant dels Ocells», popularizado por el violonchelista Pau Casals como un himno universal por la paz, ha encontrado en el shakuhachi una voz que resuena con una sensibilidad única. La flauta japonesa, históricamente vinculada a la meditación zen y a los monjes komusō, aporta a esta obra una textura melancólica y contemplativa, destacando su mensaje de esperanza frente a la adversidad.

Rodrigo Rodríguez, conocido por su habilidad para explorar el potencial expresivo del shakuhachi, adapta esta pieza con un profundo respeto por sus raíces catalanas, mientras infunde en ella la espiritualidad y los matices de la tradición japonesa. El resultado es una interpretación que no solo conecta Oriente y Occidente, sino que también trasciende las barreras del tiempo y el espacio.

«El Cant dels Ocells» tiene sus raíces en la tradición oral catalana y es una melodía popular que data del siglo XVI o XVII. Su origen exacto no está documentado, ya que, como muchas canciones folclóricas, se transmitió de generación en generación. La versión más conocida fue recopilada en el siglo XIX, y en esta ocasión única, el shakuhachi —un instrumento japonés con una rica tradición espiritual, perfeccionado durante los siglos XVII y XIX— aporta una nueva interpretación a esta emblemática melodía.

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