Se nublaron mis ojos
Con música de un maestro que creo que es la primera vez que suena por aquí vamos a ir poniendo fin a la semana.
Será una obra muy bella y con mucha emoción.
No en vano fue escrita para el Viernes Santo, y por tanto está llena de ese sentimiento de pena por la muerte de Jesús y la desolación que queda tras ello.
¿Te apetece escucharlo?
De la música de hoy se va a encargar Paolo Aretino (1508-1584), maestro italiano nacido en Arezzo, también llamado Paolo Antonio del Bivi.
Parece ser que estudió en Florencia con Corteccia, pero es algo que no está totalmente documentado.
Tuvo una intensa relación con la corte toscana por lo que se convirtió en uno de los compositores florentinos líderes de su época.
Pasó gran parte de su vida al servicio de dos iglesias de Arezzo, su ciudad natal.
La música de Aretino es conservadora en cuanto a contrapunto y armonía pero siempre está atento al texto para realzar algunos pasajes con ciertas armonías y variaciones vocales.
Algún musicólogo ha destacado que su música está enraizada en la de Bernardo Pisano y Francesco Corteccia.
De este desconocido maestro vamos a escuchar su motete Caligaverunt.
En él se pone de manifiesto todo lo comentado sobre su polifonía.
Como puedes comprobar, la obra está escrita para voces graves, dándole a la composición un tono lúgubre y lleno de melancolía, describiendo de forma eficaz cómo los ojos se llenan de lágrimas debido al prendimiento, juicio y muerte de Jesús.
Es un responsorio para el Viernes Santo y, por tanto, para el día de adoración de la Cruz.
Una música muy bella para sobrellevar estos calores.
La interpretación es del conjunto The Hilliard Ensemble.
Escrito por Pepe Gallardo | Aeterna Christi Munera
Muchas gracias.