… y otro violagambista que tocaba como un ángel
Me estoy refiriendo (seguro que lo has adivinado) al gran Marin Marais (1656-1728), nacido en París.
Recibió una excelente educación musical de manos de François Chaperon.
Es posible que con él consiguiese adquirir una buena destreza tocando la viola de gamba, adquiriendo el grado de maestro tras estudiar con el famoso tañedor de bajo de viola señor de Sainte-Colombe.
El maestro se vio inmediatamente soprepasado por el discípulo.
En la ópera de París, dirigida por Lully, asistió a la primera interpretación de «Atys».
Comenzó a escribir música para viola, pero también sobresalió en obras dramáticas.
Su virtuosismo era tan extremo que se decía de él que tocaba como un ángel (recuerda que de Antoine Forqueray se decía que tocaba como un demonio).
Hoy de ofrezco, el tercer libro de piezas para viola interpretadas (con un indudable virtuosismo) por Jordi Savall, Hopkinson Smith y Ton Koopman.
Marin Marais
Marin Marais (París, 31 de mayo de 1656 – Ibid. 15 de agosto de 1728) fue un violagambista y compositor, discípulo de Jean-Baptiste Lully y de Monsieur de Sainte-Colombe. En 1676 fue contratado como músico de la corte de Luis XIV de Francia. Destacó en ese puesto, y en 1679 fue nombrado ordinaire de la chambre du roi pour la viole, título que conservó hasta 1725.
Fue un destacado intérprete de la viola de gamba y uno de los compositores más notables para dicho instrumento. Escribió cinco libros de «Pièces de viole», la mayoría suites con bajo continuo.
Estas piezas eran bastante populares en la corte, y por ellas fue recordado por mucho tiempo, siendo «el que fundó y estableció firmemente el imperio de la viola» (Hubert le Blanc, 1740). Su catálogo de obras incluye también óperas, quizás la más conocida es Alcyone (1706) por su escena de la tempestad.
Existe una edición integral de las piezas de viola, publicada por Éditions J.M. Fuzeau.
Es el personaje principal del filme Todas las mañanas del mundo (1991), que es una ficción sobre la vida de Monsieur de Sainte-Colombe y Marais. La música de este último es gran parte de la banda sonora de la película. La pieza Sonnerie de Ste-Geneviève du Mont-de-Paris (1723) aparece en este filme y en versión electrónica, en el filme Liquid Sky de Slava Tsukerman.
Escrito por: Pepe Gallardo
Excelente…!!!
El más grande con permiso del Diablo.