«La música barroca está pegando fuerte»
«Espectacular». Así define Manuel Paz (Ujo, 1960), director artístico del Festival de Música Antigua de Gijón, la inauguración del encuentro.
Comenzará con el grupo Corniloquio, que ofrecerá un concierto de trompas naturales, sin pistones, cuya afinación se hace con los labios y que emiten un sonido intenso.
Será el preludio de una semana repleta de cursos ofrecidos por figuras de primer nivel, recitales y un concurso de canto histórico al que han concurrido el triple de candidatos que en 2014.
¿La música antigua engancha?
La música antigua abarca un periodo muy amplio.
En Occidente, desde el siglo VIII hasta el XVIII.
El barroco está pegando muy fuerte, incluso entre los jóvenes.
Es un fenómeno que habría que estudiar: ¿cómo es posible que la estética del XVII y XVIII sea tan bien aceptada hoy en día?
¿Y a qué cree que se debe?
A que tiene muchas similitudes con la estética actual.
Es extrema, con dos ámbitos de sonoridad contrapuestos: graves y agudos.
Y se improvisa.
Así ocurre con la técnica de composición bajo continuo.
La música barroca es muy cambiante, igual que la del siglo XX. Por eso encaja tan bien.
¿Cómo atraer a más público?
Es un misterio.
No hace tanto tiempo asistimos al fenómeno de los monjes de Silos y el canto gregoriano.
Una música orientada para acercarse a Dios y activar la mística tuvo un éxito rotundo. Los gustos son insondables.
¿Es difícil innovar después de 18 años de trayectoria?
Tratamos de que haya propuestas nuevas y no desviarnos del espíritu inicial: presentar instrumentos originales con intérpretes de primera calidad y propuestas audaces y variadas.
¿Cuántos alumnos hay este año y qué buscan en este festival?
Hay una veintena de todo el país, de Francia e Italia.
Vienen atraídos por las singularidades de este festival, como el encuentro de trompa natural, en el que intervendrá Javier Bonet (miembro de la Orquesta Nacional de España desde 2005) y el curso de improvisación, que no tiene precedentes en nuestro país, pues es muy específico, y que cuenta con profesionales de la música antigua y del jazz.
Lo impartirá Matthew Simon, uno de los nombres más destacados en este ámbito.
Van a tener buenos profesores.
Mauro Rossi -que ha sido primer violín de la Scala de Milán, y lo es de la Orquesta Nacional de España y principal concertino invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cataluña- es el primer violín más solicitado de Europa para repertorio histórico.
Acude como concertino: se sentará frente al atril, frente a la orquesta para infundir al grupo de cuerda las características de la interpretación histórica de la música del XVIII.
Antes mencionaba el jazz. ¿Hay vinculación con el barroco?
Sí, la improvisación de la que le hablaba y la estructura musical, que es muy similar. Lo que en el jazz hace el contrabajo, en el barroco lo hacen el violonchelo y el fagot; lo que en jazz hacen la guitarra eléctrica, el piano o el teclado, en el barroco, la clave y la tiorba…
Una de las novedades de este año es el concierto didáctico que se celebrará el sábado, día 11, al mediodía, con dos pases, en el Acuario. ¿Por qué este espacio?
Es muy singular, con un auditorio que tiene un tanque de peces impresionante, de gran belleza.
Es una forma de llevar público al Acuario y, a la inversa, de captarlo. Además, damos cabida a Contrastes Barrocos, formada por dos asturianos, de Gijón, con una carrera muy interesante.
Los conciertos de apertura y clausura tendrán lugar en el Jovellanos y el resto, la mayoría, en el Antiguo Instituto.
Sí, los de Jovellanos serán los únicos de pago.
El de apertura, con un precio asequible, y el de clausura, con los alumnos y vencedores del concurso de canto histórico, con un precio simbólico.
La única pega de este festival es que no hemos conseguido que la respuesta del público en el Jovellanos sea la misma que tenemos en el CCAI.
Hemos hecho una propuesta muy atractiva para animar a más gente.
En el Antiguo Instituto la plantilla es más pequeña.
El lunes tendremos a Essemble Méridien con un programa de estreno.
Parece un contrasentido siendo música antigua, pero eso es lo que buscamos: explorar otros caminos para abordar este tipo de música desde otros puntos de vista.
El Concurso Internacional de Música Antigua despierta gran interés.
Se ha triplicado el número de inscripciones, con personas de Francia, Italia…
De 17 inscritos hemos tenido que seleccionar a seis y no ha sido nada fácil porque el nivel es muy alto.
El concurso tendrá lugar en el CCAI y está abierto al público.
De hecho, en la semifinal del jueves, el público otorgará su premio y en la final, el jurado, compuesto por tres personas, entre las que está Carlos Mena, uno de los grandes contratenores del mundo y que dará el curso de interpretación de canto histórico.
El año pasado hizo una labor impresionante.
Hay que decir también que Sandra Redondo, la ganadora del año pasado, ha tenido un papel en ‘Dido y Eneas’, en el Teatro Real, lo que significa que el público gijonés está muy atinado.
El festival también está dirigido a personas con discapacidad.
Sí, se llama Festival Activo y cuenta con un programa específico para adaptarse a sus necesidades físicas o intelectuales.
Demuestran tener una sensibilidad muy acentuada.
Entrevista realizada por ELENA RODRÍGUEZ | GIJÓN – para ElCormercio.es
La elegancia, decisión y lo compacto. características admirables de una realidad .
El mensaje que nos deja el arte es atemporal.
Muito bom!
Es que lo bueno nunca pasa.
Gaston ^_^
En realidad, lo que nos gusta es una versión o lectura actual de la música antigua. No sabemos con total precisión cómo se tocaba entonces.
Vivimos una época muy barroca en la estética, así que no deja de ser normal que la música barroca funcione bien hoy día. También porque los intérpretes barrocos tocan (y cantan) normalmente de una forma más «natural», menos «clásica», y eso probablemente también acerca este tipo de música al oyente.
Por último, los avances de la tecnología son fundamentales. Hasta la llegada del sonido digital, era impensabe poder grabar un cuarteto de violas de gamba con sonido de suficiente calidad en un vinilo.