La música, el espejo de tu ‘yo’
Unos minutos a solas con música jazz de Norah Jones o Ornette Coleman.
O quizás, seas más de piezas de Bach.
Puede que tu elección sea más rockera y escojas como acompañante a Coldplay o Slayer.
Tu preferencia habla mucho de ti y desvela más de lo que podrías imaginar sobre tu forma de pensar.
Perfil empático, si te gusta centrarte y responder a las emociones de otras personas, o sistemático, si optas por analizar las normas y los patrones en el mundo.
Según un equipo de psicólogos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) su estilo de pensamiento es un predictor de la clase de música que le gusta.
Así lo afirman en un estudio que acaba de publicar la revista PLOS ONE.
La música está presente «cada día de nuestra vida, en cualquier lugar donde estemos», argumentan los investigadores.
Es fácil distinguir «qué canciones nos gustan y cuáles no, sólo en cuestión de segundos».
Sin embargo, poco se sabe sobre lo que determina el gusto individual.
En los últimos 10 años, varios grupos de investigadores han tratado de estudiar las preferencias musicales y asociarlas con características de la persona, como la edad y su personalidad.
Por ejemplo, se ha visto que la gente que está abierta a nuevas experiencias tiende a dar al play al jazz, blues, géneros clásicos y folclóricos.
También se sabe que las personas extrovertidas y sociables optan por el pop, bandas sonoras, música religiosa, electrónica, soul, funk y de baile.
Ahora, el consorcio de psicólogos de Cambridge, dirigidos por David Greenberg, ha evaluado hasta qué punto «nuestro estilo cognitivo influye en nuestras elecciones musicales».
Para ello, han tomado medidas para comprobar si una persona es más empática (la capacidad de reconoer y reaccionar a los pensamientos y sentimientos de los demás), sistemática (el interés en la comprensión de las reglas y los sistemas que sustentan el mundo) o si mantiene un equilibrio entre ambos perfiles.
Lo han hecho con más de 4.000 participantes que fueron reclutados a través de una aplicación de Faceboook sobre su personalidad y fueron sometidos a múltiples estudios.
Primero, se les pidió que completaran una serie de cuestionarios de psicología.
Después, se les facilitó un listado de 50 piezas musicales que tenían que puntuar en función de sus gustos.
La selección incluía 26 géneros y subgéneros diferentes.
Aunque los gustos en la música fluctúan con el tiempo, reconoce Greenberg, «hemos descubierto que los niveles de empatía de un individuo predicen qué clase de música les gusta».
Quizás, este aspecto influye más que su propia personalidad, agrega.
Según el artículo, las personas que obtuvieron una puntuación alta en la empatía tienden a preferir música melódica (como rock suave), géneros country, folk, cantautores, electrónica, latina, pop europeo…
Sin embargo, no optan por la música intensa, como punk y heavy metal. Entre sus canciones: Hallelujah (de Jeff Buckley), Come away with me (Norah Jones), All of me (Billie Holliday), Crazy little thing called love (Queen).
En contraste, personas cuyas puntuaciones eran elevadas en la escala sistemática preferían los estilos intensos y descartaban los suaves.
Sus preferencias incluían, por ejemplo: Concerto in C (Antonio Vivaldi), Etude Opus 65 nº 3 (Alexander Scriabin), God save the queen (The Sex Pistols) y Enter the Sandman (Metallica).
Analizando más a fondo las personalidades, los investigadores observaron que al grupo de los empáticos les atraía la música que les transmitía emociones y tonos suaves, reflexivos, sensuales, cálidos…
E incluso elementos negativos como la tristeza. Aquellas piezas poéticas, relajantes y profundas.
A los sistemáticos, les enamoran otros aspectos relacionados con la alta energía, fuerte, con detalles emocionantes, que evoquen emociones positivas, con alto grado de complejidad.
David Greenberg, además de psicólogo, es saxofonista de jazz y asegura que esta investigación podría tener implicaciones para la industria de la música.
«Se invierte mucho en algoritmos para elegir qué música es posible que desee escuchar, por ejemplo, en Spotify y Apple Music. Conocer el estilo de pensamiento individual podría ayudar en el futuro a afinar las recomendaciones que estas aplicaciones hacen a cada persona».
Para Jason Rentfrow, uno de los autores de este estudio, «esta línea de investigación pone de relieve cómo la música es un espejo del yo, es una expresión de lo que somos desde el punto de vista emocional, social y cognitivo».
Escrito por LAURA TARDÓN | Elmundo
El artículo se puede resumir en pocas palabras: Si sólo sientes, te gustará la música de juguete. Si, además de sentir, piensas, te gustará la música de verdad.
Y los que escuchamos toda la música?
Totalmente de acuerdo!