A5 Vocal Ensemble y la devoción a cinco voces en la obra de Francisco Guerrero
Ave Virgo. Francisco Guerrero (1528-1599). Obras a 5 voces del Siglo de Oro sevillano
A5 Vocal Ensemble
El quinteto de voces A5 ha interrumpido su tradicional dedicación a los madrigales de Monteverdi para grabar su primer trabajo discográfico sobre el polifonista sevillano Francisco Guerrero, cuya obra figura entre lo más brillante del Renacimiento español. Ave Virgo recopila trece piezas del compositor, escritas tanto en latín como en castellano, y cantadas a cinco voces. De esta forma, el trabajo pretende poner en relieve el esplendor de su creación, que junto con las de Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales ocupa la cumbre de la música del siglo XVI.
A5 se forma en 2014 en Sevilla, y está integrado por Teresa Martínez León, Raquel Batalloso Manzano, María Jesús Pacheco Caballero, Julio López Agudo y Alejandro Ramírez Sola. Especializado en repertorio renacentista y barroco, el quinteto cuenta entre sus programas con una iniciativa estrella basada en la interpretación de todas las obras a cinco voces incluidas en los ocho libros de madrigales que publicó en vida Claudio Monteverdi. El grupo inició la empresa en 2016 y la puso fin a principios de 2022, cuando estrenó las piezas pertenecientes a los libros séptimo y octavo.
No obstante, en la grabación que nos ocupa han vuelto la vista a la tierra sevillana para rendirle homenaje a uno de sus hijos más ilustres, cuya obra, incluso la profana, tiene un marcado carácter religioso, hasta el punto de que Guerrero ha sido etiquetado con epítetos como “el cantor mariano por antonomasia” o “el enamorado del Dios Niño”. De ahí que el título del disco, Ave Virgo, haya pretendido subrayar el carácter devoto del compositor, utilizando para ello el nombre de la pieza que lo abre, Ave Virgo Sanctissima.
La vida de Francisco Guerrero está estrechamente unida a la capital hispalense en cuya catedral ocupó diversos cargos incluido el de maestro de capilla, sin embargo, también tuvo la ocasión de viajar, generalmente por asuntos profesionales, tanto por la Península Ibérica, como a capitales como Roma y Venecia, en donde imprimió obras suyas. Mención aparte merece la peregrinación que realizó a Tierra Santa con casi sesenta años, que quedó relatada en su libro El viaje de Jerusalén, que hizo Francisco Guerrero, racionero y maestro de capilla de la santa iglesia de Sevilla, publicado en 1590. En él cuenta cómo desde joven el componer “chanzonetas y villancicos” alabando el nacimiento de Cristo y a su madre la Virgen le acrecentaba “el deseo de ver y celebrar en aquel sacratísimo lugar estos cantares en compañía y memoria de los ángeles y pastores que allí comenzaron a darnos lección de esta divina fiesta”.
Esta espiritualidad y devoción de Guerrero explica que su obra sea mayormente sacra. Como indica Miguel Querol (Monumentos de la Música Española, volumen 16), la producción profana del compositor que conocemos con toda certeza consta de 34 piezas diferentes, pero muchas de estas fueron “transformadas a lo divino”. Esta práctica de crear los denominados “madrigales espirituales” se extiende en los decenios siguientes a la Contrarreforma, y consiste en coger piezas profanas y alterarlas, dándoles un sentido divino. Por ejemplo, Luca Marenzio transformó un soneto profano de Petrarca en un canto a la Virgen.
Sergio de Andrés Baylón (La simbiosis músico-textual en las canciones y villanescas espirituales de Francisco Guerrero, 2002) defiende que las obras que Guerrero etiqueta como “canciones” en su libro Canciones y villanescas espirituales de 1589, son realmente madrigales espirituales, mientras que las denominadas “villanescas“ serían villancicos, un género de composición poética de carácter popular que se origina en el siglo XV, y que a finales del XVI es asimilado como exclusivamente religioso. El disco de A5 Vocal Ensemble incluye cuatro de estas piezas profanas reconvertidas en piadosas, procedentes de este libro, de las cuales es obligado destacar la interpretación de Alma si sabes d´amor por su singular y fresca belleza.
Francisco Guerrero nos ha legado hasta diez libros de música, incluyendo el citado anteriormente, que en su gran mayoría están compuestos por misas y motetes. Este último género es en el que se centra la mayor parte de la grabación de A5, empezando con la antífona mariana Ave Virgo Sanctissima, en la que las dos voces superiores cantan un canon al unísono de principio a fin. Otras loas a la Virgen contenidas en la obra son O Virgo Benedicta, que celebra la prerrogativa de la Inmaculada Concepción de María, y Trahe Me Post Te Texto, cuya letra es un texto bíblico aplicado a la virgen María, sacado del Canticum Canticorum Salomonis.
Como curiosidad, comentar que Guerrero es el polifonista del que se conserva un mayor número de motetes, un total de 110. Para hacernos a la idea de la importancia de dicha cifra, tan solo apuntar que de Fernando de las Infantas nos han llegado 88, de Sebastián Vivanco 87, de Cristóbal de Morales 83, y de Tomás Luis de Victoria nada más que 57.
Aparte de los motetes de corte mariano, el repertorio del autor incluye otros relacionados con el santoral, como es el caso de Beatus es, dedicado al santo mártir Sebastián, Ambulans Iesus, basado en los Evangelios, y en concreto en el llamamiento de los discípulos Simón y Andrés, e Hic Vir, que adapta el texto bíblico de la parábola de los talentos del Evangelio de Mateo.
Por otra parte, están los motetes que conmemoran fiestas eclesiásticas o los dedicados a la alabanza, como Ductus es Iesus, de exaltación al Salvador, Conceptio tua, cuyo texto corresponde a la antífona del Magnificat propio de las vísperas de la fiesta de la Asunción de la Virgen María, y Dixit Dominus Petro, que tiene una letra sacada del evangelio según San Juan.
La grabación Ave Virgo constituye una magnífica puerta de entrada a la grandeza del legado de Francisco Guerrero, que a su muerte en 1599 fue definido con estas palabras por el pintor Francisco Pacheco, quien tuvo la ocasión de retratarle: “su música es de excelente sonido y agradable trabazón”.
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