Barroco inglés, batuta asturiana

El músico avilesino Miguel Esteban se aventura de nuevo en otro mar de notas clásicas. El director de la Orquesta de los Adioses -en «stand by» desde hace algunos meses- ha iniciado en la ciudad de Londres, en el Reino Unido, un nuevo proyecto artístico: la Albion Baroque Orchestra (ABO) empieza a dar ahora sus primeros pasos.

Se trata de una agrupación de cámara con un objetivo más que diáfano: interpretar y recuperar composiciones barrocas de autores británicos, los que van desde comienzos del siglo XVII a los inicios de la centuria decimonónica.

El avilesino pretende con este nuevo proyecto reinterpretar a músicos «secundarios» de los años más clásicos. «Los secundarios de aquella época bien hubieran podido ser compositores de primera envergadura en la época presente», aseguró Miguel Esteban, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA.

La Albion Baroque Orchestra ha nacido en el sureste de Londres y pretende quedarse: los intépretes que forman parte de esta nueva formación musical quieren contribuir a la recuperación de partituras de autores como Matthew Locke, Franceso Bianchi y Charles Avison.

«Observé que en el sureste de la ciudad las actividades musicales son muyescasas», explicó el avilesino, en el podio de una orquesta formada toda ella por múisicos de todas las esquinas del continente europeo. Londres es una ciudad que remodela talento.

Ya tienen fecha para su debut: el próximo 26 de octubre, en la iglesia de Saint Alfege, en la localidad londinense de Greenwich. «Después planeamos comenzar un tour que durará tanto como el presupuesto que tengamos», aseguró eldirector musical avilesino, que dirige desde 2007 la Orquesta de los Adioses, que se presentó en las fiestas de Navidad de Castrillón en diciembre de aquel año.

«La formación está compuesta por diez músicos y cuenta con dos cantantes», explicó Esteban desde Londres. Tiene toda la línea de cuerdas (violín, viola, «cello» y contrabajo), órgano de cámara, clavicémbalo y tiorba (un instrumento musical semejante al laúd). Además, dos voces que interpretarán el «Stabat Mater», de Pergolesi, una de las piezas que sonará durante el primer concierto nueva orquesta de la ciudad de Londres. Esteban también tiene listos los arreglos de varias creaciones de Scarlati.

El director de la ABO cuenta con el apoyo de músicos de la talla de la soprano Daisy Brown, que quedó semifinalista en la competición de canto «Haendel» de este año. También colaborará con la formación musical el contratenor Timothy Wayne-Wright, uno de los cantantes que forman parte del prestigioso grupo coral «King’s Singers». La concertino será Kinga Ujzsaszi, violinista de origen húngaro que ahora sale de gira con la Orquesta Barroca de la Unión Europea.

Miguel Esteban vive en el barrio de Lewisham, en el sureste de la capital del Reino Unido, desde hace once años. Dejó España para estudiar Música en el Goldsmith College. Eso vino después de los años de Derecho Económico en Deusto. El foro y el foso: abogado y director de orquesta, una combinación para todos los aplausos. El avilesino se decidió por la emigración formativa porque el Goldsmith College ofrecía la carrera que andaba buscando y que no existía en España. En este entorno escolar nace el nuevo proyecto cultural del avilesino.

«Hay mucha música de los siglos barrocos por descubrir. No todo tiene que ser Haendel o Purcell… Lo que pretendemos es ofrecer programas de primera envergadura, piezas poco habituales. Pretendemos interpretar composiciones que no suenan desde el siglo XVIII», comentó el avilesino. La ABO es un proyecto artístico y un ejercicio didáctico. Para sustentar su economía la nueva formación va a solicitar ayuda al Art Council británico. «Ahora empezamos, nos queda mucho por delante», apunta.

La aventura musical británica de Miguel Esteban no va a impedir al avilesino continuar en el podio de la Orquesta de los Adioses, una formación musical que durante estos últimos años han mezclado partituras clásicas y espectáculos modernos. Los Adioses sonaron en Avilés, Illas, Castrillón, Oviedo, en Gijón.

Escrito por Saúl Fernández