Federico Maria Sardelli nos muestra como se dirigía una orquesta en el XVII
El maestro Federico Maria Sardelli es uno de los principales artífices de la recuperación de la obra de Antonio Vivaldi.
Compositor, musicólogo y flautista suma en su currículo grabaciones de obras de Vivaldi como Arsilda, regina di Ponto, Orlando Furioso, Tito Manlio, Motezuma y L’Atenaide.
En su faceta de investigador, Sardelli ha publicado numerosos ensayos sobre la obra del compositor, así como ediciones críticas. Fundador de la orquesta barroca Modo Antiquo, Federico Maria Sardelli ha estado nominado en dos ocasiones a los premios Grammy estadounidenses.
Sardelli es el fundador de la orquesta barroca Modo Antiquo y ha realizado más de cuarenta grabaciones como solista y director.
En dos ocasiones ha sido nominado para los premios Grammy y el 28 de noviembre de 2009 el Gobierno de la Toscana condecoró a Sardelli con el Gonfalone d’Argento, la más alta medalla de honor de la Región Toscana.
Nos llama la atención que Sardelli haya recuperado en algunos de sus conciertos la original forma de dirigir una orquesta barroca.
Un poco de historia
Los orígenes de la dirección de orquesta estriban en la conducción vocal de la Edad Media.
En épocas posteriores, con la introducción de instrumentos acompañando o doblando a las voces, la posición del maestro de capilla o Kapellmeister se ve reforzada en lo personal y en lo musical, habiendo de hacer frente a una mayor polirritmia y polifonía.
Para vencer estas nuevas dificultades, se generaliza el uso de un bastón, de manera silenciosa o no, como indicación rítmica al grupo de músicos.
Es así como el compositor de la corte de Francia Jean-Baptiste Lully dirigía su orquesta de cámara.
Giovanni Battista Lulli
Hace ya casi cuatro siglos que nació en Florencia Giovanni Battista Lulli, más conocido como Jean-Baptiste Lully, naturalizado francés en 1661 tras vivir en ese país desde la edad de 13 años.
De orígenes humildes, Lully llegó a trabajar en la corte del Rey Sol como compositor de música instrumental, un puesto muy importante que se había ganado gracias a sus grandes cualidades no sólo como músico sino también como bailarín, algo que Luis XIV apreciaba mucho por ser muy aficionado al ballet.
Entre sus obras hay por lo menos 8 comédies-ballets, escritas en colaboración con el dramaturgo Molière y el coreógrafo Pierre Beauchamp, entre las cuales la más importante tal vez sea El burgués gentilhombre.
Uno de los números de esta obra es la Marcha para la ceremonia de los turcos, particularmente famosa gracias a que sonó varias veces en la película Todas las mañanas del mundo, un filme sobre otro gran músico de la corte del Rey Sol, Marin Marais, protagonizado por el actor francés Gérard Depardieu.
En el vídeo siguiente, un fragmento de este largometraje en el cual Marais dirige la obra de su colega Lully:
Os habréis fijado en la manera de dirigir la orquesta y sobre todo en la aparatosa vara o bastón, que el director empleaba en esa época para que los músicos siguieran con facilidad el gesto del maestro.
Como ya comentábamos la moderna batuta tardaría todavía más de un siglo en sustituirla, algo que en el caso de Lully tuvo consecuencia mucho más graves de las que uno puede imaginar: un día, ensayando su Te Deum para una ceremonia de agradecimiento a la divinidad por la curación del rey de una enfermedad, Lully se dio un golpe en el pie con la vara que estaba usando, metálica y muy pesada.
La herida se complicó y degeneró en gangrena, lo que dos meses después acabó con su vida.
Hoy en día la única razón para utilizar una vara parecida a la que empleó Lully es la voluntad de recuperar la sonoridad original bajo todos los aspectos, no sólo utilizando una praxis interpretativa de la época con instrumentos originales o copias fieles, sino también incluyendo la percusión de ese artilugio en el suelo.
Podemos ver un ejemplo en el siguiente vídeo del conjunto italiano Modo Antiquo dirigido por Federico Maria Sardelli.
Grandioso!!!
grande