Jordi Savall: «La música antigua se debe cuidar igual que se protege un monumento»
Jordi Savall es una leyenda viva en lo que concierne a la recuperación, cultivo y divulgación del legado de música antigua.
¿Cómo consigue trasladar todo eso al oyente medio y que se diluya la concepción elitista que se tiene de esta clase de melodías?
– El elemento fundamental de ésta y todas las músicas es el transmitir emoción y belleza.
Y vosotros tenéis en Mallorca un ejemplo clarísimo de algo muy antiguo y que todavía emociona muchísimo: el Cant de la Sibila.
¿Quieres una cosa más antigua y más emocionante?
Usted fue de los pioneros en recuperar la viola de gamba, un instrumento que fue casi olvidado. ¿Tuvo algo que ver el hecho de que su sonido fuese a contracorriente con las tendencias de la época?
Desde luego. Con la llegada de la música del clasicismo, las orquestas y la música más espectacular, este instrumento no encontró su lugar.
La viola de gamba fue muy importante durante los siglos XVI, todo el XVII y parte del XVIII.
Porque era el instrumento que mejor podía cantar como una voz humana.
El más expresivo de la familia del arco. Y su especialidad eran las situaciones melancólicas.
Los momentos más trágicos y más emocionantes.
Como ocurre en la BSO de ‘Tous les matins du monde’, cinta que logró popularizar su música de una forma extraordinaria.
Y cuya pieza tocaré en el concierto de Palma.
La grabé para la película, pero simboliza a la perfección todo el poder de este instrumento.
La Reveuse (La Soñadora), sonó dentro de un momento del filme en el que el personaje principal se despedía de su amante.
Se separaban.
Fue tan trágico que durante los más de siete minutos que duraron los títulos de crédito la música siguió sonando y la gente no se levantó de sus butacas hasta que no se acabó la última nota.
Quedó tocada.
Sí, y eso fue una de las cosas del éxito de la película.
El público descubrió un mundo que no existe hoy en día. No hay ninguna música actual que tenga esta poesía.
Supongo que los inicios de su tarea de recuperación, a finales de los setenta, debieron de ser casi más difíciles que ahora.
En cierta forma sí. Fue más difícil pero también era una cosa novedosa. No teníamos tanta concurrencia como ahora.
No había competencia, ni tampoco interés.
Todas las músicas de viola de gamba fueron grabadas por mí entonces.
Éramos unos cuatro o cinco músicos que hacíamos este repertorio en todo el mundo.
Con las discográficas cayendo en picado por la actual crisis de la industria, ¿cómo consigue sacar más de 170 discos, muchos con sello propio, sin que le acabe salpicando?
Con los quince años que Alia Vox está en marcha hemos sacado un centenar de discos. Y venvidos más de tres millones y medio. Pero es entendible cuando tú ves cómo son nuestros álbumes. No hay ninguna discográfica que edite nuestro libro-disco.
¿Existe la piratería en los discos de música antigua?
Nosotros no sufrimos de este problema. ¿Sabes el trabajo que tendría alguien que quisiera piratear mil páginas de texto y de traducciones hasta en 16 idiomas? Es impagable.
Música barroca con un repertorio de maestros franceses (Monsieur de Sainte-Colombe y Marin Marais). ¿Tocar un instrumento antiguo es garantía de una mejor interpretación?
La interpretación no depende solamente del instrumento, sino del músico.
Lo que es garantía es que el sonido del instrumento sí que corresponde con el sonido de la época.
El mío data de 1697.
Su melodía es como un caballo que ya has domesticado y enseñado, y te obedece al mínimo gesto.
En una entrevista usted explicó que durante siete siglos, el lenguaje musical estuvo basado en los mismos esquemas, hasta que llegó su divorcio con la irrupción en Occidente de la polifonía, una revolución instrumental que llevó a Europa creerse superior y a menospreciar las músicas de otras tradiciones. ¿Se ha dejado contaminar la música moderna por la globalización?
El fenómeno de la globalización existe desde hace años. Los italianos y los franceses ya intentaron imponer su estilo por todo el mundo.
Lo que ocurre ahora es que los medios para acceder a la música son muy potentes, y esto hace que al final, las músicas antiguas, del país o de la cultura propia, se queden sin escuchar.
Usted ha afirmado que el coste de hacer música antigua no siempre puede ser asumido por las instituciones públicas. En Palma hemos llegado a un punto en que mantener una Orquesta Simfònica parece que tampoco es del todo viable.
Si tenemos que basar el arte, en su capacidad de venta y de éxito, haríamos todos la misma música, y desapareceríamos culturalmente.
Las instituciones públicas tienen la obligación de conservar, de la misma manera que ocurre con los grandes monumentos históricos, los museos…
La música es como un museo, pero uno vivo.
Y los que la compusieron están muertos.
Por eso tenemos que tocarla nosotros.
Lara Villar | ocio.diariodemallorca.e
Con el maestro, siempre.
Si señor: Jordi Savall, es un gran músico, un genio.
¡Hermosa entrevista!
Tous les matins du monde es realmente un referente artístico y la BSO es inspiradora.
Recuerdo también no haberme levantado de mi asiento hasta después de la última nota, y seguí llorando desconsoladamente incluso después.
Completamente de acuerdo con jordi Savall y solo espero que no pase nunca con la música antigua, como ocurrió con un monumento que parece no se protegió demasiado: se puso un astronauta en la restauración de una catedral de estilo gótico tardío: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/29/castillayleon/1296300684.html
¡Magnifico!
:*
Mientras uno debe estar controlando los mensajes es una bendición escuchar esta música……
Si Jordi pue4s ya puestos por favor no toques música andalusí y renacentista con los mismos instrumentos, da la sensación de hacerlo para vender más discos.