Las Vihuelas de Trujillo
Por David Morales (Cuerdas pulsadas).
«Hace unos meses, John Griffiths compartió con nosotros un llamativo proyecto que se estaba fraguando en Trujillo (Cáceres)…
La idea era tan sencilla que se nos antojaba una locura: los alumnos de tecnología del instituto Francisco Orellana estaban embarcados en la construcción de nueve vihuelas.
Sin conocimientos previos de lutería, sin haber conocido anteriormente el instrumento y sin apenas disponer de materiales y herramientas adecuados para una obra de tal magnitud…
En cuanto conocimos el alcance de la aventura no lo dudamos ni por un momento: Cuerdas Pulsadas tenía que apoyar esa iniciativa pionera y en seguida ofrecimos toda la ayuda que estuviera en nuestra mano para llevarlo a buen término.
Sólo ahora, después de haber conocido a Francisco Caballero (su líder y promotor), es cuando entedemos que la locura puede cristalizar, que de la necesidad se puede hacer virtud y que cuando un docente con vocación se propone hacer algo, las circunstancias terminan por acompañarle…
Así las cosas, el pasado 11 de Abril fuimos a conocer a Francisco, a sus alumnos-violeros y las nueve vihuelas. No sólo para entregarles de primera mano la donación de cuerdas y trastes que hacían falta que los instrumentos sonaran sino, también, a compartir con ellos una charla didáctica sobre la cuerda pulsada (con algunas fantasías tañidas en directo¡).
La jornada fue muy intensa y hubo tiempo para hablar de vihuelas, guitarras renacentistas, vihuelistas, cuerdas y tablaturas, entre otros temas interesantes. Pero lo más importante es que logramos encordar y entrastar una de las vihuelas del proyecto, por lo que los alumnos pudieron escuchar, por primera vez, cómo sonaba lo que habían trabajado con sus propias manos.
Cuando por fin pudimos escuchar la primera vihuela, el resultado fue espectacular.
La vihuela tenía un reglaje muy afinado, después de algunos ligeros cambios en la altura de la ceja y en el reparto de los órdenes, y su construcción monoxila le otorga un sonido muy dulce y recogido.
Las vihuelas tienen un tiro ligeramente más pequeño de lo que estamos habituados a ver en el entorno profesional (57 cm), por lo que también resultan muy accesibles y cómodas de manejar y tocar.
No podemos despedir esta entrada tan especial sin agradecer la exquisita hospitalidad de Francisco Caballero durante nuestra visita y también la atención y tiempo que nos dedicaron los alumnos.
Enhorabuena por vuestro gran esfuerzo para sacar adelante el proyecto.
Más información e imágenes en CuerdasPulsadas.es
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