Luthiers en Cuba: mucha pasión y pocos medios
El oficio de luthier revive con el auge de la música renacentista y López compara su arte con un «sacerdocio» que requiere «mucha pasión», pues implica largas jornadas de trabajo, muchas dificultades e ingresos modestos.
Con viejas maderas de un piano, las patas de una mesa y el peldaño de una escalera, el luthier Amed Camilo López fabricó una réplica de una guitarra barroca diseñada en 1690 por el famoso francés Jean Voboan.
«Gracias a los amigos que se sensibilizan con lo que uno hace, pude hacer ese instrumento», dice Camilo de 42 años, que tiene la sensibilidad del Renacimiento en las yemas de los dedos.
«La madera, cuanto más vieja, mejor», explica García, luthier desde hace 20 años, en su atestado taller, de pocos metros en La Habana.
Hablar de arpas, fídulas, flautas, violas, laúdes, guitarras barrocas y renacentistas, oboes y zanfonas en la tierra de la salsa podía parecer una locura.
Pero tenerlos como propósito en los años 90, en medio de una fuerte crisis económica, era como demencia total.
Más de un portazo se llevó la soprano Teresa Paz cuando en 1994 formó con su marido, el guitarrista Aland López, el grupo de música antigua «Ars Longa».
«Desde la fundación del grupo nos vimos en el dilema de que no teníamos los instrumentos adecuados y empezó toda una investigación de la técnica de construcción», dice Aland López, el «científico» del grupo, quien ha colaborado con cinco luthiers cubanos.
«Hemos ido reuniendo información, planos, en museos y con amigos luthiers de Europa», agrega este músico e investigador de estatura baja, paciente e inalterable.
En 1995, la Oficina del Historiador de La Habana -encargada del programa de conservación de La Habana Vieja-, acogió al grupo de Paz, le facilitó alguna ayuda económica e información y le prestó como sede la Iglesia de San Francisco de Paula, una capilla del siglo XVIII.
Veinte años después «Ars Longa» llena salas en sus conciertos en Cuba y el extranjero, auspicia el Festival de Música Antigua Esteban Salas, ofrece presentaciones didácticas para niños y ayuda a otros grupos de música renacentista, «Ars Nova», en Santa Clara, y «Exsulten» en Bayamo, en el oriente de la isla.
En los planes del grupo -que ha recibido importantes donaciones de instrumentos- está grabar un disco con el famoso trovador Silvio Rodríguez.
«Cuba es un país que consume todo» lo musical, desde lo más conservador a lo más novedoso, «es un centro de muchas influencias y viene con muchas aristas musicales», dice Paz.
«Ars Longa» tiene un repertorio de música antigua inglesa, alemana, francesa, española y del barroco americano.
Teresa Paz califica la música antigua como «dulce, nostálgica», mientras Aland López asegura que un luthier que hace instrumentos antiguos no es un artesano, sino «un artista».
fuente Terra
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