¿Quién fue Anthony Holborne?

La viola da gamba vivió un primer esplendor en Italia, pero ya a finales del XVI era popular también en las islas británicas, donde la viola habría de convertirse en puntal de un género de música instrumental polifónica que representa a la perfección a la Inglaterra del XVII, el de las fantasías compuestas para consort.

La primera publicación de esas características data de 1599 y lleva por título Pavans, Galliards, Almains and other short Aeirs both grave, and light, in five parts, for Viols, Violins, or other Musical Winde Instruments.

Su autor era Anthony Holborne, gentleman y músico al servicio de la reina Isabel, al que para entonces no le quedaban más de tres años de vida.

Poco se sabe en realidad de la vida y la carrera de este compositor, más allá de su matrimonio en 1584 y de algún viaje en misión diplomática.

En cualquier caso, que era un artista conocido y apreciado se demuestra por el hecho de que algunos otros grandes maestros de la música inglesa del tiempo, como Morley, Farnaby o Dowland, le dedicaran obras y referencias.

Como Dowland, Holborne fue casi con toda seguridad laudista, aunque también se especializó en la interpretación de instrumentos de cuerdas pulsadas metálicas, como la bandora o el cistro.

Su publicación de 1599 abre en efecto la tradición del consort inglés, aunque el tipo de repertorio no es todavía el de la fantasía contrapuntística que harían célebre Jenkins, Coperario o Lawes, sino las danzas de tradición renacentista, fundamentalmente pavanas y gallardas, casi siempre agrupadas en parejas (de las 65 piezas de la colección 53 son pavanas y gallardas), aunque también hay alemandas y otras piezas en ritmo ternario.

En muchos casos, las obras tienen títulos sugerentes en diferentes idiomas, incluido el español (The Funeralls, Paradizo, Infernum, The image of Melancholly, The Teares of the Muses, The Fruit of Love, Hermoza…).

En cuanto a la instrumentación de la colección, no deja de resultar significativo que la primera opción planteada por Holborne sea la de las violas, que eran ya por entonces los instrumentos más apreciados por los ingleses, junto a las flautas dulces, para tocar juntos, pero figuran también los violines, sin duda consecuencia del arribo a las islas de algunos influyentes compositores italianos.

La referencia a los instrumentos de viento puede entenderse gracias a la extraordinaria popularidad de las flautas (la corona mantenía desde antiguo un consort de flautas a su servicio), pero también como estrategia comercial, en el intento de hacer apetecible la colección a cuantos más interesados fuera posible.

Aunque en el título no se cita ningún instrumento polifónico, está perfectamente documentado que este tipo de repertorio les estaba también destinado.