Rodrigo Rodríguez evoca en su nuevo disco la belleza de los jardines zen
Rodrigo Rodríguez, el compositor, músico y maestro del instrumento medieval shakuhachi saca nuevo disco, Zen Garden (Meditation Music for Shakuhachi and Koto). Se trata de un álbum integrado por quince obras para flauta tradicional japonesa y para koto, un instrumento cordófono hecho de madera con trece cuerdas de diferente tamaño, que pertenece a la familia de las cítaras y que es descendiente de la cítara.
Por primera vez, el músico presenta un trabajo con estos dos instrumentos símbolos del país de Sol Naciente, pues tanto la flauta shakuhachi como el koto han sido utilizados durante más de 1.300 años en el Gagaku, la música de la corte imperial. A diferencia del shamisen, que durante mucho tiempo no se encontró en las clases altas de la sociedad japonesa, el koto rápidamente se hizo popular en la burguesía y en los círculos más altos de la nobleza, contribuyendo a la edificación de la corte. Por mucho tiempo, el koto fue utilizado solamente por la clase alta hasta que un músico de Osaka llamado Yatsuhashi Kengyō (1614-1684), aprendió a usarlo y decidió llevarlo al pueblo.
El disco incluye obras tradicionales Honkyoku para shakuhachi, como Safe Delivery (San An) del distrito de Echigo en el norte de Japón, pieza que se utilizaba como oración para dar a luz de forma segura por los monjes Komuso. También es una oración por la caridad y la virtud en este mundo.
Igualmente, Rodrigo ha grabado varias obras para solo shakuhachi del repertorio antiguo como Breath Sight (Sokkan), Vista de aliento. La contemplación de la propia respiración es como “observarla». El acto de jugar honkyoku es el acto de concentrarse en la respiración. Las obras Safe Delivery y Breath Sight son de los Honkyoku más técnicos y virtuosos en su ejecución de todo el repertorio Dokyoku.
En Zen Garden (Meditation Music for Shakuhachi and Koto) encontramos arreglos para ambos instrumentos de la conocida canción de cuna Itsuki Lullaby, una canción de cuna ampliamente conocida en Japón, representativa de Itsuki Village, distrito de Kuma, prefectura de Kumamoto, en la isla de Kyūshū.
El misterio del sonido japonés nos envuelve al escuchar la obra interpretada por Rodrigo Rodríguez. Está inspirada en la belleza de los jardines zen, también llamados jardines de rocas japonesas, que atraen a las personas a las que les gustan los entornos cuidadosamente controlados de arena o rocas rastrilladas y arbustos recortados con precisión. Los jardines zen enfatizan los principios de naturalidad (Shizen), simplicidad (Kanso) y austeridad (koko). En el siglo VI, los monjes budistas zen crearon los primeros de estos espacios naturales para ayudar en la meditación. Más tarde, comenzaron a usar los jardines para enseñar principios y conceptos zen. El diseño y la estructura de los jardines se han ido perfeccionando a lo largo de los años, pero la estructura básica sigue siendo la misma.
Rodrigo Rodríguez, (29 de agosto de 1978), es un compositor productor musical, maestro e intérprete de shakuhachi hispanoargentino. Es además musicólogo y divulgador especializado en diversos estilos musicales de shakuhachi. Realizó sus estudios en Tokio como discípulo del maestro Kohachiro Miyata.
El disco se puede escuchar en Spotify.
No hay comentarios sobre “Rodrigo Rodríguez evoca en su nuevo disco la belleza de los jardines zen”
Añadir un comentario.