Tous les matins du monde
Me he tirado el pegote porque no sé una palabra de francés pero hay que reconocer que queda más fino y más chic en el idioma de nuestros vecinos de arriba que en el nuestro nativo.
“Todas las mañana del mundo” es una película dirigida por Alain Corneau en 1991 que narra la relación entre el músico Marin Marais y uno de sus maestros de viola de gamba, Monsieur de Sainte Colombe.
A pesar de que para algunas personas con las que he hablado es un auténtico tostón, para otros, entre los que me incluyo, es una pequeña maravilla.
Protagonizada por Gerard Depardieu en el papel de Marais, es un film de música y de músicos que no debería ignorar ningún melómano, y en particular, aquellos aficionados al barroco tardío.
La banda sonora corre por cuenta del gran Jordi Savall, por lo cual el CD es igualmente recomendable.
Incluye piezas del propio Marais, de Sainte Colombe, de Jean-Baptiste Lully y de François Couperin, que cada vez me gusta más y presiento que va a merecer un post para él solo.
Si tenéis cuenta en Spotify se puede escuchar aquí.
Marin Marais en un raro caso de progreso social en la sociedad estamental del Antiguo Régimen en Francia.
De hijo de un zapatero (profesión considerada en el siglo XVII como “mediocre”) de abundante descendencia y escasos ingresos, pasó a formar parte de la corte de Luis XIV y a convertirse en uno de los mejores compositores para viola de gamba de todos los tiempos.
Marais entró como niño de coro en Saint-Germain-l´Auxerrois a los once años, gracias al tráfico de influencias que ejerció un tío suyo doctor en teología.
Allí ya destacaba en la interpretación del clavecín y del laúd, pero lo que realmente atrajo su atención fue la viola de gamba, un instrumento nacido en la España del siglo XV teñido con la influencia en la forma de tocar del rahab árabe.
Al abandonar Saint- Germain-l´Auxerrois, Marin Marais se convierte en discípulo, aunque por breve tiempo, de Monsieur de Sainte Colombe, un músico de moda perteneciente junto a Monsieur de Machy a la segunda generación de gambistas franceses.
El caso es que a los seis meses de iniciar la relación Sainte Colombe da por finalizadas las lecciones, según él porque ya no tenía nada que enseñar a Marais, aunque los historiadores malintencionados defienden que temía verse pronto superado en técnica por su brillante alumno.
Supongo que nunca conoceremos la verdad.
Y Marais alcanzó las más altas cotas: convertirse en músico de la corte de Luis XIV, un monarca amante de la danza y de la música, cuyo “gestor musical” no era otro que Jean-Baptiste Lully (nacido en Florencia como Giovanni Battista Lulli).
Lully logró ganarse al rey de tal forma que todo acorde que sonaba en la corte estaba férreamente controlado y supervisado por él. Es curioso, y da una idea del poder que ejercía Lully, cómo Marais le dedica su primer libro de música para viola en un tono más que rebajado y humillado:
“Señor, yo cometería una falta inexcusable si, teniendo el honor de ser uno de vuestros alumnos y estando unido a vos por otras obligaciones particulares, no os ofreciera los resultados de aquello que he aprendido tocando vuestras sabias y admirables composiciones.
Os presento, pues, esta colección como mi Superintendente y como mi Bienhechor.
Os la presento también como el primer hombre que haya existido en las diversas facetas de la música.
Nadie puede discutiros ese título.
Los más grandes genios confiesan que no hay una vía más segura y más fácil para triunfar en esta profesión que estudiar vuestras obras.
Todos los príncipes de Europa que desean hacer florecer este arte en sus Estados no conocen otro camino mejor.”
Fue un pelota pero triunfó; la inteligencia siempre triunfa sobre la soberbia. En el vídeo que aparece a continuación, “Le labyrinthe”, de Marais.
“Todas las mañanas del mundo” cuenta le breve relación de Marais y Sainte Colombe de una forma bella y sutil, en la que el maestro intenta inculcar a su aprendiz la esencia de la música.
Poco saben los historiadores de la vida de Monsieur de Sainte Colombe, por no saber, ni conocen su nombre de pila.
Si que parecen estar de acuerdo en que era un hombre austero en sus costumbres que vivía apartado de la corte y de sus modas, defendiendo la pureza de la música, lejos de los juegos galantes de salón.
En la ficción de la película, Marais visita a su maestro mucho tiempo después, y tras realizar un dúo de viola con él y beber unos vinos, Sainte Colombe le revela el verdadero sentido de la música: comunicarse con los seres queridos que nos han dejado, en su caso, su esposa.
Precioso. Dejo a continuación un vídeo con la escena en cuestión…
No conviene olvidar que la película está basada en la muy recomendable novelita homónima de Pascal Quignard, publicada en Francia en 1991 y en España en 1992, traducida por Esther Benítez (quien, a pesar de la admiración que le profeso, a nivel personal y profesional, traducía bastante mejor del italiano que del francés, pero en fin).
Bellisssima
A mi me encantó. La he visto varias veces.
Es una película magnífica, la he visto muchas veces y deja un interrogante sobre la comunicación. El libro de Pascal Quignard es realmente bueno y de la música de Jordi Savall ni hablamos.
Mágnifica, recuerdo verla en el cine por primera vez allá en su estreno, pero claro en francés.
Allá en la lejana juventud descerebrada supuso el descubriento…
Yo la amo.
Jajaja, es verdad lo del tostón para muchos. Para mí, afortunadamente, fue un descubrimiento 😀
es genial
Es una maravilla
una buena lección sobre el ser músico -sentir la música- o ser un simple malabarista, buenísima.
Es la única película que he comprado 🙂
Tuve el gusto de conocer (y compartir) con Gerard Depardieu en 1991 cuando filmaba en Costa Rica la película de Colón. Al darse él cuenta que yo tocaba el laúd, me transmitió sus sentimientos para poder tener vivencia de la música barroca. Era el mismo año. Con él a su izquierda.
Una película, y una música, tan triste como bella… bellísima, a decir verdad.
(Para mi gusto personal, obviamente)
Musica dei Cieli!! Bellissimo Libro e Bellissimo Film
La adoro y la difundo.
preciosaaaaaaaaa
Formidable interprétation
De Jean Pierre Marielle
El unico detalle es la muy poco realista forma de como tocaba los actores que interpretabana marais y colombe … Pero es solo un detalle, esta película es muy.hermosa
Para mi, una referencia,. Bellisima
Mi película preferida ♡
Si uno supera la sensación de tostón, se encuentra con un remanso intimista que nos lleva directamente a otro mundo.
Película más que recomendable.
My favourite film !!! And my favourite french composer
sí, una obra maestra
Sin quitarle mérito al director, lo que hace magistral a la película es el trabajo de Savall, que no solo se limita a la interpretación de obras de Sainte-Colombe, Marin Marais, Couperin…, sino además y sobre todo por el trabajo de investigación de años que hay detrás de ello. Es una película de una enorme belleza (la voz maravillosa de Montserrat Figueras en varias escenas es una de las joyas musicales de la película), pero también de una gran profundidad conceptual. Es una de esas películas que a los amantes de la música antigua nos gusta ver de vez en cuando.
Primero vi la película, luego leí el libro y…he repetido de las dos cosas. Sensacional la película.
Absolutamente de acuerdo con Inés Gelpí.
Maravillosa… La música, la ambientación, la historia.
Faz festa dentro do coração da gente!!! Lindod+!
Marcus Mendonça De Meneses Moura
I certainly agree 😉 !
hermosa pelicula
https://www.youtube.com/watch?v=99M1LWanD6k
que maravillosa fotografía con la viola abandonada y triste, como lamentando la partida… y al final los pies a milímetros del suelo…
Es una película maravillosa que todos los amantes del buen cine y de la buena música deberían ver. Yo soy concertista de guitarra y he recomendado a todos mis discípulos que la vean. Es una verdadera lección de música y de arte. Por supuesto la he visto varias veces.
La historia trata de dos hombres en la búsqueda de una verdad, la del maestro: Sr. Sainte Colombe; y su aprendiz: Marin Marais. El aprendiz y también impostor, Gérard Depardieu, devenido en fabricante de zapatos de una empresa familiar se resiste a trabajar de su oficio. Su única virtud era su voz, pero al cambiarla cuando joven, lo echan del coro, y de las pretensiones a ser parte de la corte del rey. Entonces se aventura a descubrir el lado más sórdido de quién después iba a ser su maestro. Él intenta adquirir su destreza de la manera mas convencional, mediante la práctica y la técnica. Sin embargo lo que más lo conmueve al maestro, es su historia de despojo, abandono y humillación. El tiempo pasa y Marais encuentra en la corte de Versailles, el reconocimiento social aborrecido por su maestro. Éste rechaza de manera taxativa la banalización de la música pretendida como un sentimiento decorativo, por los músicos de la corte, para alegrar al rey. Él era el único representante en la Tierra de aquella melodía inigualable. De origen jansenista, ascético y pobre pero contactado con el dolor y el goce, sufre alucinaciones de su mujer fallecida tempranamente, a quien no pudo asistir en el lecho de muerte. Esto lo sumerge en una profunda melancolía. Ella aparece en los momentos de mayor irritabilidad y de ira, tranquilizándolo. El manda a pintar un cuadro para eternizar el instante de encuentro con ella. La austeridad de como vivía y la simpleza de su mundo permitía la percepción de sus sentimientos más profundos. Alejado de la urbe, se recluía en una cabaña construida por él, a deleitarse de su propia música. Esto se transmitió a sus dos hijas, la mayor Madaleine, quien cae en la mas profunda melancolía, absorbida por la mentalidad de su Padre. Aprende la música entendida como su padre, de la manera mas gozosa. Ella es quien le transmite “su arte” a Marais, pero cae en un profundo enamoramiento hacia él, del cual no puede sobrevivir. Sumida en una profunda depresión, ya que su padre no permite su casamiento con él, no soporta el abandono de su amante y termina suicidándose, con los cordones de unos zapatos regalados por él. Ella a diferencia de su hermana mas pequeña, no logra encontrar su deseo. La pérdida esta a la vista, en la caída de la voz de Marais, en la falta de intrumento en Tognette. Su padre le manda a contruir de cero este objeto tan deseado. Madeleine es discípula de su padre, lo posee todo, instrumento-cuerpo y goce.
Para Sainte Colombe, la música era algo indescifrable, que devenía desde la fibra más íntima de su ser, lo cual no puede ser ni escrita, ni explicada. Es lo real, en términos lacanianos, que “no cesa de no inscribirse”. No deja de ser “marca”. No pretende ser algo o alguien para un otro, ni busca reconocimiento por nadie, ni por el Rey ni por Dios. No hay Dios a quien seguir, él se transforma en su propio Dios, en la Música. Instrumento y cuerpo son una misma cosa. Marais reflexiona: “Tengo vergüenza porque ambicioné la nada. Él era la música”.Lo convierte en la metonimia más absoluta. En cambio “El hace música -dice el maestro- no es músico”. Marais puede hacer algo con eso, (aunque sea cortejar al rey). En cambio Sainte Colombe se encuentra en el agujero de lo Real trae “su conocimiento”, el cual no se puede explicar, en palabras. Así como también su relación con su órgano “ la viola”, la cual es una prolongación de su propio cuerpo. Cuerpo de goce, no de deseo. El está entrampado en el Goce. No hace nada con ese Goce, es todo para él y para nadie más. Es la experiencia extática, representada por lo dionisíaco según Nietzche, de carácter inconmensurable, eterno e interminable. Según este autor el dolor y el sufrimiento sólo pueden ser comprendidos desde el placer (goce), la vida desde el sello de lo eterno. El no habla de su experiencia, su lenguaje es la musica, donde no hay palabra que medie.
También en la película representa un devenir de la música en tiempos que se podía estudiar con fines académicos, se transmitía de unos a otros, dejaba de ser la inspiración dedicada a Dios, para ser dedicada al representante de Dios en la Tierra; el Rey. Contextualizada en el siglo XVII donde predomina lo racional, lo apolíneo en terminos nitzchenianos, construye el paradigma del Iluminismo del siglo XVII, adherido al pensamiento cartesiano. Se escinde lo corpóreo de lo racional. El Maestro es tal vez una resistencia a esa escisión. Se borran esas experiencias místicas de antaño, para tranformarse en relleno, carentes de creatividad, representados en la película por los músicos de la corte, que tocan de manera casi automática, esperando el deceso de le Marais. Su enojo, deviene en la aparición de su mentor como otra aparición y la conversión en “música” en su lecho de muerte. El es todo (dice Marais de su maestro), porque representa el Dasein, el Ser-ahí de Heidegger, lo que se opone al artefacto de la técnica . La verdad es en sentido heideggeriano ligada a la nada, al desocultamiento del Ser. El maestro profundamente convencido de lo que hace, se liga a esa nada. En cambio, Marais vinculado al mundo y sus significantes queda entrampado en la tecnica y en los significantes.