AMOR
A través de su programa Música Antigua a la carta, Sergio Pagán pretende mostrar al oyente la inmensa riqueza de los cerca de diez siglos de música (desde el siglo VIII al XVIII) que no es muy frecuente escuchar.
Como sabemos, la música de la Edad Media como la del Renacimiento y la del primer Barroco es extraordinariamente variada y atractiva y por ello los programas son muy entretenidos y diferentes uno del otro.
Además, cada programa se dedica a un tema (La muerte, los pájaros, Venecia, el Amor, los madrigales..)
Todo un mérito encontrar músicas referentes a esos temas y que cumplan los niveles de indiscutible calidad musical e interpretativa, condición indispensable para ser incluidas en este fantástico espacio.
ENLACE AL PROGRAMA MÚSICA ANTIGUA A LA CARTA AMOR(I)
Sergio Pagán es la voz radiofónica de la Música Antigua, el locutor que da vida y color a este fantástico programa.
Con el Aria de Cupido de Francesco Lambardi abrimos este programa de hoy que vamos a dedicar por entero al Amor.
Porque en estos difíciles días que estamos viviendo, difíciles y a veces también trágicos, el Amor puede ser uno de los sentimientos humanos más necesarios y de mayor ayuda.
Hoy haremos un viaje por algunas de las músicas vinculadas a este sentimiento que tanto arte ha generado.
Y será con obras de Monteverdi, Tromboncino y Frescobaldi entre otros.
MONTEVERDI
Compositor italiano.
La figura que mejor ejemplifica la transición en el ámbito de la música entre la estética renacentista y la nueva expresividad barroca es la del cremonés Monteverdi.
Educado en la tradición polifónica de Tomás Luis de Victoria, Orlando di Lasso y Palestrina, este músico supo hacer realidad la nueva y revolucionaria concepción del arte musical surgida de las teorías de la Camerata Fiorentina, que, entre otras cosas, supuso el nacimiento de la ópera.
Hijo de un médico de Cremona, Claudio Monteverdi se dio a conocer en fecha bastante temprana como compositor: publicó su primera colección de motetes en Venecia cuando sólo contaba quince años.
Su maestría en el arte de tañer la viola le valió entrar en 1592 al servicio del duque Vincenzo Gonzaga de Mantua, a la sazón una de las cortes más prósperas de Italia.
Tras seguir a su señor en la campaña contra los turcos en Austria y Hungría y visitar Flandes (viajes éstos que le permitieron conocer otras escuelas musicales ajenas a la italiana), fue nombrado maestro de capilla de Mantua en 1601, con la función de proveer toda la música necesaria para los actos laicos y religiosos de la corte.
BARTOLOMEO TROMBOCINO
Bartolomeo Tromboncino (Verona, 1470 — Venecia, después de 1534), fue un compositor italiano del renacimiento.
Estuvo al servicio de la Corte de Mantua, bajo la protección de la noble italiana Isabel de Este, gran amante de las artes, posteriormente se trasladó a Venecia, Vicenza, Casale, de nuevo a Mantua entre 1501 y 1513 y Ferrara.
En el año 1499, asesinó a su esposa tras descubrirla en adulterio; en parecidas circunstancias el compositor italiano Gesualdo acabó con la vida de su mujer cien años después.
Según parece Tromboncino dejó escapar al amante, a diferencia de Gesualdo que acabó con la vida de ambos (las fuentes escritas son contradictorias en este aspecto).
Tras abandonar la Corte de Mantua, estuvo al servicio de Lucrecia Borgia.
Antes de 1521 se trasladó a Venecia donde pasó los últimos años de su vida.
FRESCOBALDI
Nació en Ferrara, Italia.
Estudió a las órdenes del organista y famoso madrigalista Luzzasco Luzzaschi en Ferrara.
Otra de sus tempranas influencias fue la de Carlo Gesualdo, también presente por aquella época en la misma ciudad.
Su protector, el cardenal Guido Bentivoglio, le ayudó a conseguir una plaza de organista en la basílica de Santa María en Trastevere en Roma en la primavera de 1607.
Con él viajó a los Países Bajos antes de convertirse en organista de la Basílica de San Pedro de Roma en 1608, plaza que ocupó hasta su muerte.
Desde 1628 a 1634 fue organista en la corte de los Médicis en Florencia.
Escribió un gran número de obras para órgano y clavicémbalo, incluyendo tocatas, caprichos, fantasías, canciones, ricercare (nombre genérico para cualquier pieza con contrapunto), danzas y variaciones.
Entre sus obras más conocidas se encuentran las Fiori musicali (1635), una colección de obras de órgano para ser tocadas durante la misa.
Publicó dos libros de tocatas entre 1615 y 1637, entre las que figura la Cento Partite, una de sus obras más virtuosas y experimentales.
Su música vocal incluye misas, motetes y madrigales. Su música instrumental es menos conocida, pese a la importancia del Primer volumen de canciones para tocar con cualquier instrumento, publicado en 1628.
Frescobaldi fue uno de los inventores de la concepción moderna del tempo y su música tuvo una gran influencia en compositores posteriores, como Johann Jakob Froberger y Johann Sebastian Bach.
EL AMOR MÁS ELEVADO
El amor más elevado se convierte en amor personal.
Pero nos sobrepasa, pues es más alto y más grande que todo lo que somos como seres humanos.
Verdaderamente, trasciende el aspecto individual de lo divino que es la realidad de quien somos como Seres.
El amor más elevado está dentro de todas las cosas, y está, holística y holográficamente, presente en todas las personas, en toda la creación en este planeta, en nuestro sistema solar, en todos los sistemas solares y todas las galaxias, y en todo lo que Es.
Hay un solo amor operando a través de todo el universo.
Ahora bien, en vez de crecer en ese amor y usarlo para vivirlo, para expresarlo y para serlo de una manera que trascienda todas las pequeñeces de nuestro mundo humano, nosotros, muchas veces vivimos la vida deteniendo esa experiencia, hasta que terminamos viviendo espacios cada vez más y más estrechos en nuestra mente y corazón.
Y es así como surge un impulso en nuestro interior que nos urge a despertar, a abrir el corazón y la mente a lo vasto que está disponible, y a dejar que el amor más elevado — el amor más grande — entre, y viva en nosotros y nos haga libres.
En el momento en que contemplamos la realidad de ese espíritu, no es difícil ver la prisión en la cual hemos estado viviendo.
Una prisión de la conciencia más que cualquier otra cosa, que tendemos ver en términos de limitaciones de circunstancias, de la cultura y de las personas que nos rodean.
¿No será posible que todas esas limitaciones que vemos externas no sean sino un reflejo de nuestra propia prisión mental y emocional?
¿Y qué pasaría con todas esas instancias de nuestra vida si la prisión de la conciencia fuera desarmada para que pudiera entrar el amor más elevado?
Ese amor quiere entrar en nosotros y expresarse como nosotros.
Quiere que permitamos que todas las puertas del Ser dentro de nosotros se abran para que pueda entrar la soberanía del Ser, que es nuestra realidad superior.
Este es el núcleo, el centro del proceso de Sintonización.
El Salmo veinticuatro contiene estas palabras proféticas y poderosas:
Levanten sus cabezas, oh puertas; y alégrense, puertas eternas; y el Rey de gloria entrará.
Es nuestro derecho de nacimiento expresar esa realidad en nuestra vida. Vinimos aquí para hacer esto, y ¿para qué más?
Hay muchas facetas y responsabilidades en la vida humana. Tenemos una misión y un destino, con muchas cosas por realizar, por crear y mucho servicio que ofrecer en la vida. Te pido que olvides eso por un momento.
Olvida todas esas responsabilidades y todas las cosas que parecen tan importantes, todos los intereses, pasatiempos y proyectos creativos, y todas las relaciones.
Olvida todas esas cosas por un instante, sabiendo que no irán a ningún lado.
Pero olvídate de ellas el tiempo suficiente para contemplar esta única cosa que considero es la razón principal por la que tú y yo vinimos aquí.
Eso es revelar el amor más elevado, ser eso, expresar eso, en un acto de amor como ningún otro. Y ese acto de amor es ser nosotros mismos y expresar ese amor y dejar que esté presente a través de todas las cosas.
Y con ese amor a bordo entonces podemos asumir todas las relaciones, todas las responsabilidades, todos los servicios y toda la creatividad.
Pero si intentas todas las otras cosas en la vida y dejas al amor para luego, lo dejas para nunca. No es hasta que el amor más elevado sea lo primero que se invierta en todas las cosas, que nuestras relaciones, proyectos y creatividad estarán potenciados por ese único amor y, por lo tanto, estarán destinados a la victoria.
¿Y cómo podría todo lo demás ser exitoso si dejaras de lado esta única cosa?
Yo digo que hoy y ahora podemos hacerlo.
Estoy sugiriendo que, de alguna manera, probablemente todos nosotros lo hayamos pospuesto.
Nos pusimos a hacer todo el trabajo de preparación antes de llegar a lo que realmente es importante en nuestra vida.
Bueno, quizás era cierto que necesitábamos hacer un trabajo de preparación, y tal vez no.
Pero aquí estamos hoy.
Dejemos de prepararnos y hagamos esto: invertir el amor mas elevado, el amor mayor de todos, en nuestra vida.
Claramente, se expresa diferente en los diversos contextos de nuestra vida.
Decimos que hay siete glándulas endocrinas que tienen su contraparte en siete dimensiones del amor.
Y, de igual modo, el amor aparece de manera particular en cada momento de nuestra vida.
Esto es la magia del amor.
Se sabe transformar, creativamente, en la forma que sea apropiada en el momento, dadas las circunstancias.
¿Podemos dejar que el amor haga eso en nosotros y nuestras vidas?
El amor sabe cómo hacer eso.
Pero si no nos abrimos al amor más elevado y no tomamos la decisión de dejarlo entrar, no tendrá esa oportunidad.
Ya lo hemos expulsado afuera.
Pero si lo dejamos entrar, podemos tener la fe de que sabrá cómo expresarse apropiadamente en cada momento, en cada circunstancia.
Y podemos confiar en que sabrá cómo traer la justa dimensión de amor a las personas y a las circunstancias de nuestras vidas, así como a nuestra propia experiencia de vida.
Tenemos la oportunidad de dejar entrar y dejar salir al amor a través de nosotros.
Cuando dejamos entrar al amor más elevado, nos estamos dejando entrar a nosotros mismos.
Con ese amor viene el Ser soberano y nuestra propia autoridad natural en nuestra vida; nuestra propia creatividad natural y nuestro propio dominio natural sobre el campo creativo en el que vivimos.
El mundo escucha la voz del amor más grande a través de nosotros como ninguna otra voz.
Y cuando el Espíritu de amor está en nuestra voz, nuestro mundo nos escucha de una manera diferente.
El Soberano Ser dice: Eres mío. Y el mundo responde naturalmente, soy tuyo.
Cuando estamos abiertos al amor más elevado, escuchamos la voz que dice: Tú eres mío.
Y naturalmente respondemos, soy tuyo.
Pertenecemos al amor más elevado.
Todo en nosotros pertenece a ese amor.
Y cuando nos dejamos llevar por ese amor, nos convertimos en un instrumento de ello y encontramos que la verdadera realidad de nosotros está ahora en expresión en el mundo.
Ese amor está presente.
Nos ha activado, nos ha tomado, y ahora ha tomado al mundo como propio.
No tomado de la manera posesiva como solemos hacer los seres humanos.
No como solemos hacer con otras personas, sobre las cosas en nuestras vidas, y sobre el mundo natural.
Sino mas bien poseído por la autoridad natural del amor más elevado, que está en todas las cosas.
Este es la completación del proceso de Sintonización.
No solo la Sintonía como una experiencia de quizás veinte minutos con un practicante vibracional, sino la Sintonía como una meta-práctica que permea toda nuestra experiencia de vida.
David Karchere
Madre mía… Sin palabras…
Sergio Pagán, ejemplaridad y genialidad el programa sobre el amor genial