«El abandono del canto gregoriano por parte de la Iglesia es una catástrofe»
En la niñez, Ismael Fernández de la Cuesta (Neila, Burgos, 1939) entonaba con tanta entrega canto gregoriano en la iglesia de su pueblo que pasó a hacerlo con más experiencia y formación en el monasterio de Santo Domingo de Silos.
Allí, recuerda, tuvo «la suerte» de que sus superiores le enviasen a la abadía francesa de Solesmes, donde se graduó en teología y gregoriano.
Llegó a ser prior de Silos y estuvo al frente del coro con el que grabó discos en la década de los setenta, que veinte años después serían reeditados para colarse por sorpresa en 1993 en la lista de más vendidos.
Abandonó la vida monacal en 1973 y se volcó en la investigación y divulgación de la música antigua desde cátedras como la de canto gregoriano del Conservatorio Superior de Música de Madrid, presidió la Sociedad Española de Musicología entre los años 1982 y 1993 y ha realizado estudios sobre el legado musical del medievo, el canto visigótico y mozárabe, la música de trovadores y las Cantigas de Alfonso X El Sabio, entre otras investigaciones.
Está casado, tiene tres hijos y cuatro nietos y ayer fue reconocido con el Premio Castilla y León de Restauración y Conservación del Patrimonio.
Se encontraba de viaje en Nueva York cuando recibió un reconocimiento que, confía, haga más visible el patrimonio musical.
–¿Cómo interpreta que este año el galardón se enfoque a la recuperación del legado sonoro?
–Lo más directo e inmediato que he sentido es una gran emoción y un reconocimiento no a mí, sino a la labor de todos aquellos que nos hemos dedicado a una tarea menos visible como es la recuperación de algo tan invisible como la música, porque en muchos ambientes de la sociedad el patrimonio parece que solo son las artes visuales y esto no es de ahora, viene desde Aristóteles.
La gran virtud de la música es que cada día podemos hacerla nueva, porque una partitura de Bach no es nada si no se lleva al aire, si no se pone en movimiento sonoro para que la podamos escuchar.
Mi afán ha sido recuperar ese patrimonio vivo.
–¿Qué lugar ocupa el gregoriano en la música occidental?
–Es la base y el origen, donde se fraguó toda la tecnología.
Sin él, hoy no tendríamos solfeo en las escalas que manejamos; se creó a lo largo del primer milenio por la teorización y clasificación de los sonidos que se cantaban en las iglesias.
Luego se aplicaron las palabras y la terminología grecolatina.
El segundo elemento es que la polifonía, que cantemos a varias voces y se haya establecido una teoría musical sobre la armonía, eso en realidad sale del gregoriano.
La teoría de la canción en lengua vulgar nace del tropo, que es una glosa que se hacía en el canto gregoriano, unas cancioncillas, letrillas musicales que se introducían como explicaciones y glosas en ciertas piezas.
–¿En qué medida ha servido como campo de experimentación para otros compositores?
–El 80% de la música de todos los tiempos tiene componente religioso, y en el mundo cristiano la música básica es el gregoriano, incluso en el protestante.
El gregoriano ha sido capaz de crear arquetipos sonoros con los que escuchamos la música.
Bach y Mozart, por citar dos ejemplos, estaban imbuidos de gregoriano.
–¿Sigue rodeado el gregoriano de cierto halo de misterio?
–Es una cura para el alma y el cuerpo, tengo experiencias extraordinarias de ello.
Muchas anemias espirituales que luego llegan también al cuerpo encuentran curación en esta música, en la que se experimentaron y se concretaron los elementos de la tecnología musical que hoy utilizamos.
En los años noventa fue todo un fenómeno sociológico con los discos que salieron del monasterio de Silos.
–¿Qué momento atraviesa la música antigua?
–El resurgimiento se produjo en los años setenta y ochenta, fue una verdadera eclosión.
Surgió en Nueva York y se extendió por Europa, pero fue una recuperación arqueológica, estuvo bien, pero a la larga se ha visto que esa arqueología es música, las partituras dan cauces, sugieren, pero la música misma hay que llevarla al aire.
El canto gregoriano, por ejemplo, es una música tradicional en la que no había opción de componer nada nuevo, salvo para fiestas y santos modernos de nueva creación.
Algún profesor mío compuso para la fiesta de la Asunción de Santa María en 1950 una misa propia para esta festividad, pero en realidad no era de nuevo cuño, sino una asunción de fórmulas estereotipadas que incorporó.
Gregoriano nuevo no existe, solo cantores que cantamos un repertorio tradicional.
–¿Dónde se canta hoy?
–Ahora donde menos se canta gregoriano es en los monasterios, es terrible.
Mi gran queja es la gran catástrofe que ha sufrido el patrimonio musical con el abandono del gregoriano por parte de la Iglesia.
Se escudan en el Vaticano II para poner música moderna y abandonarlo, cuando el espíritu del concilio no dice eso, sino que el gregoriano es principio y fundamento de la música religiosa.
Ahora no se puede ir a las iglesias a oír misa, es horroroso, no solo en España sino en otras partes también.
En lo que se refiere a las artes visuales, las catedrales están hoy mejor cuidadas que nunca con sus estatuas y retablos restaurados, no así el tema musical.
Fui consultor de liturgia en la época de Tarancón y tuve unas peleas tremendas con quienes buscaban esa popularización de la música, como si la polifonía sacra no fuera popular.
Pocos son los monasterios donde se canta bien gregoriano.
Lo que más me agradaría al conseguir este premio es tener voz para pedir a los jóvenes músicos que se dediquen a recuperar el patrimonio inmaterial y no lo tomen como realidad inamovible, sino como algo vivo que forme parte de su vida.
A partir de esa vivencia personal de la música que se conserva en esos repertorios esas composiciones pervivirán para siempre.
Entrevista realizada por JESÚS BOMBÍN | VALLADOLID | ElNorteDeCastilla.es
si, que desgracia.
Una herencia que no se quiere aprovechar, solo por presentar algo mas Moderno!.
Este ya no es monje?
Así les va.
pues menos mal que tenemos a las corales,que aun cantan gregoriano (y a mi personalmente cantarlo me encanta)
Si, si… muy bonito todo pero primero nos tendrán que abrir las puertas a los jóvenes investigadores.
Estoy de acuerdo
Este maravilloso cante debe recuperarse ya
Es que la música que se emplea actualmente en muchas iglesias es impropia del culto. No eleva espiritualmente, todo lo contrario
Muy interesante.
Sin comentarios…
aprovecho: en Radio Clásica (RNE) emiten un programa de canto gregoriano: Sicut Luna Perfecta
Aquí estamos maestros
esa es nuestra tarea hoy
Que tan cierto hay de que algunos padres o sacerdotes, prohíben el canto gregoriano.
Sufro mucho de insomnio, y ahora antes de dormir escucho cantos gregorianos. Y créanme, no duermo… me muero.
A muchos les da miedo.