El mejor ejercicio para la mente, la música
«La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo». Cuando Platón expresó estas palabras, es muy posible que no supiera cuán acertadas iban a ser para la comunidad científica años después.
Esa importancia que en la Antigua Grecia se daba a la canción y las artes musicales no debió de caer en saco roto a juzgar por lo eruditos e ilustres que fueron muchos de sus ciudadanos. Y una razón de ese éxito en la astronomía, las matemáticas o la filosofía podría residir en la música.
Por todos eran ya conocidas las bondades de escuchar música clásica durante el embarazo para potenciar el desarrollo cognitivo del feto. Pero ahora se ha podido demostrar la importancia que tiene no abandonar esa práctica cuando el niño nazca y continuar con ella durante su infancia.
De acuerdo a un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) y la American Psychological Association, recibir formación musical en la etapa previa a la adolescencia puede repercutir en una mejora de la inteligencia de los niños, ya que ayuda a que se formen conexiones alternativas en el cerebro y a lograr una optimización de su rendimiento. Sin embargo, los beneficios de esas clases no solo se notan en edades más tempranas.
Según el estudio -que fue llevado a cabo en personas sanas de entre 60 y 83 años – , aquellos que contaron con dicha formación en la juventud obtuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria visual, las de adaptación y en la capacidad para nombrar objetos que los que nunca habían asistido a una clase de música, una conclusión que podría determinar la influencia de la música en el retraso del envejecimiento cerebral y de la aparición de enfermedades como la demencia senil.
«Dado que estudiar un instrumento requiere años de práctica y aprendizaje, crea conexiones alternativas que hacen más plástico el cerebro y que compensarían la pérdida de capacidades cerebrales conforme ganamos años.
Los resultados sugieren que hay una conexión muy fuerte entre estudiar música y llegar a la vejez con una mejor capacidad cognitiva», explicó en el estudio la investigadora Brenda Hanna-Pladdy.
Asimismo, y más allá del potencial escondido tras las notas y los acordes, escuchar música es también una buena práctica para enfrentarse a situaciones dolorosas con mayor optimismo, pues refuerza la autoestima.
De hecho, ya existen hospitales donde se han implantado ciertas terapias que se acompañan con música para hacer más llevadero el pesar del enfermo.
Además, y dependiendo del ritmo, constituye uno de los más poderosos relajantes, un método con el que se podría evitar la ingesta de somníferos.
Y si estudiar música es importante, estudiar con música también lo es, pues se trata de una técnica de estudio que mejora la concentración y que genera un clima más proclive a la asimilación de conocimientos.
Fuente: Sección de Salud de lasprovincias.es
Que buena nota…mejora completamente la calidad de vida, lástima que la mayoría de la gente aún no toma conciencia de esto. La música ha estado presente desde siempre, nos acompaña en lo cotidiano y en lo íntimo. Somos beneficiados quienes hemos podido experimentarla y transmitirla a los demás.
Estoy completamente de acuerdo. Ójala que todo el mundo comprobara lo que realmente la música transmite para la salud del cuerpo y del espiritu.