Impresionante «Nuit des Rois» con Jordi Savall y Le Concert des Nations

El rey que naciera con el siglo mostró desde niño su interés por la música aprendiendo a tocar el violín y el laúd.

Con la edad también se interesaría por la danza y el canto.

Mucha de esta música que sonaba en la corte se ha perdido.

Sin embargo, Philidor l’Aine, bibliotecario de Luis XIV, recopiló mucha de la música de baile en manuscritos que se conservan en la Biblioteca Nacional de Francia.

La mayoría de las piezas para esta grabación procede del manuscrito titulado “Colección de algunos aires antiguos compuestos para coronaciones, bodas y otras solemnidades bajo los reinados de Francisco I, Enrique III, Enrique IV y Luis XIII junto con diversos conciertos celebrados para su diversión, recogidos por Philipe l`Aine en 1690”.

El resto de la música, posterior en el tiempo, pertenece al manuscrito de Cassel que contiene un buen número de piezas agrupadas en suites de danzas.

Entre ellas encontramos, por ejemplo, la Fantasía sobre las lágrimas de Orfeo extraída de la ópera de L. Rossi.

El manuscrito de Philidor no menciona a los autores de la música pero es fácil pensar que habría sido escrita por los maestros de ballet en activo por entonces: Dugap, Cordier, Beauchamp, etc.

Músicos ellos poco conocidos hoy día pero que a tenor de lo escuchado son merecedores de nuestra atención.

Una vez más Savall ha rebuscado por archivos de bibliotecas para sacar a la luz música que en su mayoría permanecía oculta desde su composición.

El disco sigue un orden cronológico y cubre diferentes eventos en la vida del monarca desde su nacimiento e infancia pasando por su coronación y posterior matrimonio con Ana de Austria, hija de Felipe II.

También se incluyen un concierto ofrecido al Rey en 1627 y, finalmente, una colección de músicas reales.

Piezas por lo general de circunstancias y mayormente breves (ninguna supera los cuatro minutos).

El año de partida de este apasionante recorrido es 1601 con música compuesta para el joven Delfín y llega hasta 1650, poco después de su muerte, y por tanto estilísticamente discurre entre el final del renacimiento y la entrada del barroco (términos usados aquí como referencia para situar al lector).

El director catalán, que al menos para este concierto ha colgado la viola da gamba, presenta la música a través de las diferentes formaciones instrumentales de la época por lo que también hay un importante trabajo de reconstrucción interpretativa que nos permite conocer los efectivos instrumentales con los que contaba la corte del monarca francés y aproximarnos, quizás, al sonido de entonces.

La orquesta está divida en las siguientes agrupaciones: «Ensemble des Cornets et Grandes hautbois» formado por trompetas, oboes, sacabuches, fagotes, etc (posteriormente llamado «Ensemble des Grands Hautbois»); «Ensemble des 24 Violons», un nutrido conjunto de instrumentos de cuerda de la época y «Les Basses Continúes et Percussions» a base de clavecines, órganos, tiorbas, guitarras y percusión.

La interpretación de Savall es, como se podía esperar, rica en matices, colorista, preciosista y con esa tendencia tan suya hacia un sonido oscuro, robusto y poderoso.

Podemos destacar, por ejemplo, la deliciosa Muzette “Ma Mignone” que como el nombre anuncia usa la “musette”, especie de gaita francesa con fuelles.

También el gracioso Brande en fabourdon con juguetones oboes y flautas así como la entusiasta Bourée D’Avignonez que ejemplifica ese momento puente entre un periodo y otro.

Una misma melodía se ve contestada y arropada por varios instrumentos de viento bajo un ritmo contagioso.

Con gran sentimiento y espíritu de ocasión se interpreta la señorial Pavane pour les hautbois fait au Sacre du Roy, música cuyo único defecto es la brevedad.

En la misma línea encontramos la Pavane du Mariage de Louis XIII esta vez para conjunto de cuerdas.

El concierto ofrecido a Luis XIII en 1627 comprende un total de trece piezas para diferentes conjuntos.

En ella podemos apreciar la riqueza y variedad de la instrumentación usada en tiempos del monarca.

La obra comienza con una sentida y ceremoniosa pieza para cuerdas Les Ombres en la que destacaremos el papel del percusionista y la entrada de la cuerda en el arranque de los primeros compases así como en la repetición del tema inicial.

Majestuosidad y contención.

Le sigue una serie de danzas de todo tipo de gran inventiva musical e interpretadas fielmente por Le Concert des Nations y su concertino, Manfredo Kraemer, que tiene varias ocasiones para lucir su virtuosismo y adecuación estilística.

Fuente: http://www.filomusica.com/filo33/saval.html