Sin duda estamos en presencia de un gran maestro
Seguimos nuestra andadura por los misterios del rosario puestos en música, meditados en música.
Es curioso cómo el compositor es capaz de concentrar en unos cinco minutos, que es lo que viene a durar cada sonata, toda la profundidad, toda la teología concentrada en cada misterio.
Es curioso y a la vez sorprendente.
Sin duda estamos en presencia de un gran maestro.
Ese maestro, que ya conoces, no es otro que Heinrich Ignaz Franz von Biber (1644-1704).
A Biber se le conoce como un extraordinario violinista, y verdaderamente lo era.
Pero también es reconocido por su contribución al tratamiento de la trompeta.
Compuso varias sonatas para trompeta y cuerdas.
También es el muy probable autor de la llamada Missa Salisbirgensis, compuesta para 53 voces, que anteriormente se atribuyó a Orazio Benevoli.
Las características compositivas de Biber y cómo acumula texturas e ideas lo hace comparable con el compositor estadounidense del siglo XX Charles Ives.
Paul Hindemith decía que Biber era el mejor compositor antes de Johann Christian Bach.
Hoy vamos al cuarto misterio doloroso, es decir, Jesús carga con la cruz.
La scordatura de la sonata es do – mi – la – mi.
En este caso, la scordatura es casi muy parecida a la original del violín, solo manteniendo las dos cuerdas más grave un poco más agudas que lo habitual.
En la introducción se escucha lenta y serena que contiene un pasaje rápido parecido a otros que aparecen en los misterios gozosos y dolorosos.
A continuación aparece una courante con dos doubles (variaciones), una elaborada y otra rápida y ágil; el finale está construído mediante una melodía que se construye sobre un bajo sostenido que finalmente se interrumpe, describiendo el padecimiento de Jesús al llevar el madero.
En muchos aspectos la obra recuerda a sonoridades de los misterios gozosos y dolorosos, como indicando que por medio de la cruz se llega a la gloria.
La interpretación que te ofrezco hoy se debe a John Holloway (violín) y Davit Moroney (órgano) y el conjunto Tragicomedia dirigidos Stephen Stubbs.
Escrito por Pepe Gallardo para blogs.periodistadigital.com
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