El poder de la nostalgia

El poder de la nostalgia

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Pocas películas pueden presumir de haber despertado tanta pasión hacia personajes musicales desconocidos como Todas las mañanas del mundo, con sus dos generaciones de Depardieus defendiendo el honor de Marin Marais.

El cuarto de siglo que nos separa desde el estreno de la película de Alain Corneau marca a su vez la pista de despegue de uno de los instrumentos más bellos del Barroco, la viola da gamba, en continuo resurgimiento desde aquellos años mágicos.

Es una deuda impagable la que cualquier aficionado a la música antigua tiene con Jordi Savall y esos increíbles cinco volúmenes con los Concerts À Deux Violes Esgalesde Sainte Colombe, que abrieron brecha a la autopista de cinco carriles por la que circulan hoy los violagambistas.

Como homenaje a los tiempos donde la intimidad del barroco francés aún estaba por estrenar en España, Savall y su grupo propusieron una ruta turística hacia la nostalgia que tenía el éxito asegurado desde el primer golpe de arco.

Con todo, el camino no fue fácil ni redondo.

El programa se construía sobre la base de aquella banda sonora, y las adaptaciones camerísticas de algunas piezas funcionaron como guiño pero sacrificando a cambio aspectos tan relevantes de la estética musical francesa como la majestuosidad o parte de su espíritu danzable.

La Marche pour la cérémonie des Turcs, de Lully puede servir de ejemplo, iluminada en su nueva naturaleza de música de cámara por distintos ángulos pero diluida a cambio en algunos de sus afectos más básicos.

La altura musical de los intérpretes resolvió las más de las ocasiones las dificultades, pero no siempre se transmitió un sonido empastado.

Cuando la miraba se giraba hacia las piezas más famosas de Sainte-Colombe o Marais los resortes de la memoria saltaban de inmediato y la conexión con la intimidad del repertorio era súbita.

Ayudó el gusto por el color y la magnífica articulación de Philippe Pierlot, compañero ideal del Savall de hoy, como Wieland Kuijken lo fue del de ayer.

Tal vez la parte más positiva del concierto estuvo en la revisión del concepto de nostalgia, porque las tristezas ya no son como las de antes.

En lugar de ese dolor abisal del “Les Pleurs” original encontramos más una mansedumbre, una añoranza sabia mucho menos extrema.

Les Voix Humaines, quizás la pieza más bella compuesta por Marais, proporcionó el momento más intenso del concierto, y las variaciones sobre las Folies d’Espagneel (más que esperable) instante de catarsis que acabó con media sala puesta en pie.

Obras de diversos autores.

Michael Behringer (clave y órgano), Rolf Lislevand (tiorba y guitarra), Philippe Pierlot (viola da gamba) y Jordi Savall (viola da gamba).
Director musical: Jordi Savall.
Auditorio Nacional, Sala de Cámara, Madrid. 18-V-2018.

Crítica realizada por Mario Muñoz Carrasco | Beckmesser

JORDI SAVALL

Nunca se reconocerá bastante la exhaustiva labor del musicólogo español, maestro, violagambista y director de orquesta especializado en música antigua, Jordi Savall i Bernadet.

En España apenas le hacemos caso, y quizá sea de los músicos vivos más importantes de nuestro país.

Lo que pasa es que se especializó en asuntos de poco marketing, en música antigua, y además es violagambista.

Que Savall se dedique incansablemente a investigar, interpretar y grabar música antigua con la dedicación con que lo hace, no tiene precio.

Además de músico excelente y recuperador incansable de memoria histórica artística, es un hombre con dotes y paciencia para la didáctica, capaz de comunicar con claridad sus conocimientos para que el mundo no los olvide.

Pocos saben que es el español con más premios musicales en el mundo.

Pero es sabido que, en ocasiones, nos cuesta valorar lo que tenemos en casa.

Savall inició con 6 años su formación musical en el seno del coro de niños de Igualada (Barcelona) su ciudad natal, completándola con los estudios de violoncello que finalizó en el Conservatorio de Barcelona (1964).

….Hace más de cuarenta años que da a conocer al mundo maravillas musicales abandonadas en la oscuridad de la indiferencia:  treinta años que las investiga, las lee y las interpreta, con su viola de gamba o como director.

Todo un repertorio esencial devuelto a todos los que tienen los oídos abiertos.

Entregado a un instrumento, la Viola de gamba, de un refinamiento más allá del cual solamente hay el silencio…

Crea un universo de emociones y belleza proyectado al mundo y a millones de amantes de la música, y que le han acreditado como uno de los principales defensores de tantas músicas olvidadas.

Vive por y para la música antigua, al igual que lo hizo su mujer, la maravillosa Montserrat Figueras , que por desgracia nos dejó en noviembre de 2011, y que hoy esté donde esté se sentirá muy orgullosa de su querido marido y de sus dos hijos: Ariana, cantautora y arpista, y Ferran, cantautor e intérprete de guitarra y tiorba.

Jordi Savall es una de las personalidades musicales más polivalentes de su generación, sus actividades como concertista, pedagogo, investigador y creador de nuevos proyectos, tanto musicales como culturales, le sitúan entre los principales artífices de la actual revalorización de la música antigua.

No nos queda más que seguir admirándole y desearle muchos más años disfrutando de la música antigua.

Gracias,

MusicaAntigua.com

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