Entrevista a Emilio Villalba, músico: “el oyente se puede imaginar todo un mundo de la Europa medieval a través de las canciones que hemos grabado”
Emilio Villalba (Sevilla, 1976) es un músico que ha dedicado su carrera a la recuperación y difusión de las músicas históricas comprendidas entre los siglos X y XVI.
Lleva más de diez años trabajando junto a la pianista Sara Marina en una amplia labor concertista por España, Portugal y Francia, con espectáculos donde se conjugan la música, el teatro y la narrativa.
Ambos poseen una magnífica colección de reconstrucciones de instrumentos musicales antiguos, que utilizan en sus recitales, y que también son objeto de exposiciones temporales, como la que tiene lugar actualmente en la Casa de la Provincia de Sevilla dentro de la conmemoración del VIII Centenario del nacimiento de Alfonso X El Sabio.
Hace ya algún tiempo se incorporó al grupo la cantante Ángeles Núñez.
El nuevo proyecto en el que están inmersos Emilio Villalba, Sara Marina y Ángeles Núñez es la edición de un disco grabado en directo, Fin´Amor, que verá la luz a lo largo del mes de noviembre, y que está dedicado a la música y la poesía de los trovadores medievales.
Empezasteis Sara y tú como dúo presentando el espectáculo basado en la colección de instrumentos con historia. Cuéntanos cómo ha sido la evolución hasta el actual trío con Ángeles, y los distintos repertorios que ponéis en escena ahora.
Ha sido una interesante aventura de desarrollo musical, de continuo aprendizaje y estudio de nuevas músicas, nuevos instrumentos y repertorios.
Cada nueva idea de espectáculo nos provocaba la inquietud de incorporar sonoridades nuevas en concierto.
De esta forma, hemos ido incorporando instrumentos de tecla, de cuerda frotada, guitarras, etc.
Desde los inicios hasta hoy ha crecido considerablemente nuestra colección de instrumentos musicales históricos.
En esta evolución musical necesitábamos abordar repertorios vocales, y Ángeles los interpreta a la perfección.
Tiene un talento natural.
Pienso que hacemos un buen trabajo musical juntos, tanto en las grabaciones como en los directos, pues existe una complicidad en el escenario, difícil de contar con palabras, pero necesaria para que haya duende.
Vuestra nueva grabación discográfica se centra en la música de los trovadores europeos ¿Por qué habéis elegido este repertorio? ¿Cómo encaja este proyecto con el resto de vuestra discografía anterior, en concreto, con El doncel del mar, Al Ándalus y Sephardica?
Esta nueva grabación surge por un encargo del Early Music Festival de Bucarest.
Teníamos previsto realizar este repertorio en concierto en la capital rumana, en otoño de 2021, pero unas nuevas restricciones por la pandemia impidieron que pudiera realizarse de forma presencial.
Entonces, el Festival propuso que grabáramos el concierto en un teatro en España y ellos lo emitirían en sus canales online.
Hacía tiempo que queríamos grabar repertorio de música de trovadores, puesto que hay melodías bellísimas y nos permite explorar por otras sonoridades, recreando un ambiente intimista con arpas, liras, vihuelas de arco… El sonido es muy distinto al resto de trabajos que tenemos publicados. El oyente se puede imaginar todo un mundo de la Europa medieval a través de las canciones que hemos grabado.
Se trata de un recital en directo, ¿dónde y en qué circunstancias fue grabado? ¿Qué tal os resultó la experiencia?
Después de mucho buscar conseguimos un teatro en Gerena, un pueblo de Sevilla, para hacer la grabación.
Teníamos los plazos muy ajustados, por lo que fue bastante intenso: había que grabar buenas tomas de vídeo y de audio sin margen de error. Nos la jugábamos todo en esa mañana para conseguir tener el concierto listo y poder emitirlo en la televisión rumana. El equipo de producción, audio y vídeo, realizó un trabajo magnífico, de gran sensibilidad, y quedamos muy contentos con el resultado.
El disco presenta piezas de Guillaume de Machaut, Giraut de Borneil o Peire Cardenal, entre otros, ¿qué criterio habéis seguido para la selección del contenido?
Fundamentalmente estético.
Es un disco basado en una miscelánea de distintas músicas de trovadores y danzas anónimas de los siglos XIII y XIV que nos gustan especialmente y que disfrutamos interpretando en directo. Podríamos definirlo como un “grandes éxitos del Medievo europeo”, si se nos permite este símil con las tendencias musicales actuales.
¿Cómo valoras la poesía trovadoresca? ¿Crees que las personas de hoy en día podemos llegar a apreciar su belleza y su carácter evocador?
Me parece de una gran belleza en cuanto a la forma de contar los sentimientos y muy cercana, a pesar de la distancia en años que nos separa.
Expresan las pasiones y el amor de una forma directa, sin miedos y con un romanticismo que emociona: “yo tendré una vida triste, mi dulce criatura, si no vienes a visitarme”, escribía Machaut en uno de sus versos… ¿Quién no ha sentido este amor desconsolado alguna vez?
Pienso que es muy disfrutable si se lee con calma y cada uno se toma su tiempo en la traducción de estos poemas en occitano.
En el disco habéis incluido también varios temas instrumentales, como el bellísimo Lamento di Tristano, ¿de qué forma complementan a la poesía musicada de los trovadores? ¿Cuál piensas que era su función dentro de la cultura medieval?
Pienso que el Lamento di Tristano podría ser la primera banda sonora original de la historia.
La partitura del manuscrito de Londres nos presenta una obra musical cuya melodía se escribió con el mismo título de la leyenda artúrica, ¿por qué? Podemos imaginar que serviría de fondo sonoro para representar esta novela de forma teatral con un grupo de actores y músicos.
La página de esta danza se encuentra dentro de una recopilación de canciones de trovadores en el manuscrito de Londres, comprado por la familia Medici en 1420.
Es posible que este libro se usara por los músicos del palacio para deleitar a sus amos en fiestas y celebraciones.
El CD incorpora un tema compuesto por la trovadora -o trobairitz- la condesa Beatriz de Día. ¿Consideras que la mujer desempeñó un papel activo dentro de la cultura trovadoresca, más allá de constituir un mero objeto de deseo para los poetas masculinos?
Está claro que hubo muchas mujeres artistas en la Europa medieval.
Se conservan poemas y músicas de algunas de ellas cuyos nombres han pasado a la posteridad, como Beatríz, Hildegard de Bingen, Wallada de Córdoba…
Pero no podemos saber con certeza si esto sería lo habitual.
Lo normal es que las mujeres medievales tuvieran serias dificultades para acceder a la cultura y, por supuesto, para dedicar su vida al estudio y a las artes.
Háblanos de los instrumentos que habéis utilizado en la grabación. ¿Podemos decir que era la instrumentación que utilizaron los trovadores provenzales? ¿Habéis utilizado fuentes de la época para documentar este aspecto?
Hemos tenido especial cuidado en recrear la música con los instrumentos que aparecen en las miniaturas medievales francesas e italianas: arpas, liras, violas, sinfonía… y, por supuesto, hemos seguido un criterio minimalista e intimista, donde la voz es acompañada por uno o dos instrumentos como máximo, tal y como vemos representados en los libros e ilustrado por las descripciones de las crónicas de la época, evitando el concepto “orquesta” que usan otras formaciones.
No nos interesaba proponer una masa sonora de varios instrumentos acompañando la voz solista, sino dejar que afloren los sonidos de una viola y una voz, tal y cual lo haría un trovador a solas.
Como ha avanzado vuestro proyecto de crear una colección de instrumentos antiguos. En 2017 creasteis una fundación de instrumentos con historia, ¿cuál es su finalidad?
Lo que comenzó siendo un conjunto de instrumentos necesarios para desarrollar nuestros conciertos y grabaciones, se ha convertido en una auténtica colección que comienza a tener presencia en las salas de exposiciones temporales de los museos de nuestro país.
Tenemos más de cincuenta instrumentos musicales, reconstrucciones que van desde la baja Edad Media hasta el Barroco.
Y la colección sigue creciendo año tras año. Es por eso que creamos la Fundación Instrumentos Musicales con Historia, cuya finalidad es conservar la colección de instrumentos y su divulgación a través de exposiciones temáticas, conciertos didácticos, conferencias, grabaciones y publicaciones.
En estos momentos tenemos expuesta la Exposición Instrumentos del Rey Sabio en Sevilla, junto al Alcázar, con motivo del 800 aniversario del nacimiento de Alfonso X.
El público está disfrutando no solo de ver los instrumentos, sino de poder escucharlos en los conciertos que realizamos los domingos en el museo.
Es un laboratorio de experimentación donde se ha podido demostrar que los instrumentos representados en las cantigas son funcionales y sirven para hacer la música de su tiempo.
Para finalizar, ¿qué planes o proyectos nuevos tenéis a la vista para 2023, que ya se nos echa encima?
Tenemos un cuaderno de campo lleno de anotaciones e ideas: grabaciones, publicaciones, festivales, exposiciones…
Queremos reservarnos la sorpresa de cara al público.
Esperamos sorprender, entusiasmar y aportar nuestro granito de arena en esta andadura cultural, en la puesta en valor y difusión del patrimonio musical antiguo.
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