Una auténtica revolución musical
Después de las «Cuatro Estaciones», la otra obra comodín del compositor Antonio Vivaldi es «L’estro armonico» (o «Inspiración y/o capricho armónico»).
Este Opus que lleva el número 3 es una colección de 12 concerti grossi en donde el músico veneciano se da a conocer oficialmente y prepara el campo musical del temprano s. XVIII para los concerti a soli de carácter virtuosístico.
Estas doce composiciones causaron furor y sorpresa en su momento ya que, finalmente, un compositor muy competente introdujo variedades, sorpresas, cambios repentinos de armonía y un brío instrumental como pocos.
En otras palabras, una auténtica revolución musical que luego siguieron e imitaron otros notables músicos contemporáneos como Johann Sebastian Bach quien arregló algunos de ellos para convertirlos en conciertos para el órgano.
Para concluir, este opus, después de los primero y segundo, muestra a un compositor que finalmente define su estilo y da a conocer a todos de lo que está hecho.
En esta interpretación el virtuoso clavecinista Ottavio Dantone y su ensamble Accademia Bizantina, con el violinista virtuoso Stefano Montanari como concertino principal, exprimen todo el jugo de este fascinante y apasionado opus que no debe dejar de escuchar todo fan de Vivaldi y el barroco brillante del s.XVIII.
M.a. Gabriel Giménez
L’Estro Armonico
L’Estro Armonico lanzó a Vivaldi a la fama europea, especialmente en Alemania, e impulsó la venta de varias colecciones que siguieron.
El típico concierto veneciano de la época constaba de dos partes para violín, una principal y otra secundaria.
L’Estro Armonico contiene cuatro partes para violín, dos grupos de principal y secundaria.
Corelli es acreditado frecuentemente por haber ejercido mucha influencia sobre el gusto musical de Vivaldi en estos conciertos, principalmente por estar escritos en estilo romano, usando cuatro partes para violín, muy parecidos a los célebres Concerti Grossi Opus 6 de Corelli.
Hay, sin embargo, alguna disputa sobre estos Concerti Grossi Opus 6 de Corelli, que no se publicaron hasta 1714 y sólo hubieran estado disponibles para Vivaldi si éste hubiera ido a Roma, aunque podría haber tenido influencia de otro compositor romano, Giuseppe Valentini, cuyos Concerti Grossi Opus 7, publicados en 1710, emplean el mismo estilo que el de Vivaldi en esta colección.
Otra influencia podría venir del también veneciano Tomaso Albinoni.
Siempre se buscan influencias sobre L’Estro Armonico en un intento de explicar dónde consiguió Vivaldi todas sus ideas maravillosas, y para entender de qué compositor había aprendido y le sirvió de modelo después.
La influencia pudo no ser tan directa como parece, puesto que el estilo romano de los conciertos llegó a ser de lo más común en Venecia y Vivaldi pudo haber estado simplemente saltando a algo nuevo y exótico, como el quería hacer.
Los conciertos son ellos mismos una extraña mezcla de estilos romano y veneciano.
Influencias aparte, la presencia de Vivaldi impera llena de exuberancia, alegría y calor mediterráneo.
Vivaldi se convirtió a partir de entonces en una influencia para compositores de toda Europa, como Johann Sebastian Bach y Johann Joachim Quantz, e irónicamente es el elemento veneciano más que el romano el que imita la mayoría de los compositores.
De los doce conciertos, el número ocho es el que ha conseguido una popularidad más extensa, aunque muchos de la colección han merecido que se grabaran recientemente.
Johann Sebastián Bach tomó cinco de los conciertos y los transcribió para órgano, cosa que mantuvo el nombre de Vivaldi vivo hasta su muerte.
Vivaldi prometió, en la dedicatoria de L’Estro Armonico, que quería continuar esto con doce conciertos para violín solista, tal era su confianza en el éxito, dedicados al Gran Príncipe Fernando de Toscana.
Mi obra favorita
Que se lo digan a Abel que menudo susto nos pego cuando no tenia 3, y me dice un dia NONNA, anda pon a Vivaldi, que me relaja.
Lo más grande del más grande!