Violas en diálogo

Violas en diálogo

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Este concierto que les presento hoy, titulado de manera muy atinada “Conversación entre dos violas”, nos introduce en un repertorio poco habitual como es el dúo para violas da gamba.

Todas las obras que se escucharán han sido escritas originalmente para esta agrupación, salvo la de Johann Sebastian Bach, del que se ofrece una versión para viola de su Suite nº 5 BWV 1011 elaborada por el intérprete, Paolo Pandolfo.

El programa combina autores de diversas escuelas como las del inglés Hume o el alemán Schaffrath, al lado de los grandes de la música francesa, François Couperin y Sainte-Colombe, todos ellos en combinación con el genio de Bach, lo que nos permite percibir los diferentes estilos y modas consagradas por estos compositores.

Se puede destacar también que de estos autores, todos ellos reconocidos en su época, Couperin y Bach no eran violistas profesionales, sino clavecinistas y organistas.

A pesar de ello, escribieron para la viola elaborando una visión particular, un lenguaje quizás menos idiomático para este instrumento, como han señalado algunos intérpretes modernos, pero que aporta música magistral y con mayúsculas de estos autores al repertorio violístico.

Los instrumentos que tocan los intérpretes son una viola original francesa hecha por el luthier Nicolas Bertrand en París hacia 1700 (Pandolfo) y una copia de un original de Michel Colichon (París, activo a finales del siglo XVII) hecha por Judith Kraft en París en 2005 (Chemin). Tobias Hume (c. 1579-Londres, 1645) fue a la vez soldado y músico de viola.

El carácter de las obras de Hume se puede apreciar en sus dos obras impresas: The First Part of Ayres, French, Pollish, and others (Londres, 1605) y Captaine Humes Poeticall Musicke Principally made for two ‘Basse-Viols’ (Londres, 1607).

La primera obra contiene danzas como pavanas, gallardas o alemandas para “Viole de Gambo”, como dice el propio autor enfatizando el término, además de obras para viola bajo, dúos para viola, para voz y viola en combinación con laúd y, caso curioso y quizás humorístico, una “Invention for two to play up on one Viole”, es decir, para dos personas que tocan al mismo tiempo sobre la misma viola (uno de los 35 intérpretes sentado en las rodillas del otro, cada uno de ellos manejando un arco).

En el segundo libro, de 1607, Hume se menciona a sí mismo como “Captain” (capitán), aunque no es seguro que tuviera ese rango militar.

Ambas obras contienen dúos de bajos de viola.

Hume escribió también para la lyra viol, un tipo de viola bajo típico de los consorts ingleses de los siglos XVI y XVII.

El programa de hoy incluye una selección de siete piezas extraídas de los dos libros mencionados.

Más de 100 años después, François Couperin “Le Grand” (París, 1668-1733), el más famoso clavecinista y organista de la corte de Louis XIV, publica su obra Les goûts-réunis ou Nouveaux concerts (París, 1724) en la que se incluyen varios “conciertos” para ser tocados por “toda clase de instrumentos”.

En concreto, el Concierto XIII está escrito para dos instrumentos iguales sobre dos pentagramas en clave de Do en tercera, y se interpreta como dúo de violas da gamba.

Aunque François Couperin era músico de clave y órgano, no sólo compartió los espacios de la corte –y presumiblemente los de las calles de París y otros espacios domésticos y profesionales– con otros músicos de la corte de Luis XIV, sino que se relacionó personalmente con los también famosos violistas Marais y Forqueray; con este último se dedicaron mutuamente obras, siguiendo la moda entre los compositores de ese entorno, como La Forqueray de Couperin, o La Couperin de Forqueray.

Del amplio catálogo de Couperin, que incluye música religiosa y profana, vocal e instrumental, destacamos otra obra específicamente para viola: las Pieces de violes avec le base chifrée (París, 1728), que forman parte destacada del repertorio de los violistas actuales.

La obra de Couperin, en particular su conocido libro L’art de toucher le clavecín (1716), resulta imprescindible para los intérpretes modernos, no importa de qué instrumento o voz, que quieran conocer el estilo y los detalles de interpretación de la música francesa de su época.

En L’art de toucher le clavecín se introduce al estudioso en el sofisticado mundo de la realización de los adornos, de los ritmos de las danzas, y de los recursos retóricos para la correcta articulación y fraseo de la música, y se refleja asimismo el interés del autor por cuidar y difundir su música y su estilo.

En contraste con la fama que tuvo en su época Couperin, aparece la figura de Jean de Sainte-Colombe.

Las escasas noticias sobre su biografía (actualizadas por Jonathan Dunford, estudioso y editor del músico), indican que vivió en París al menos desde 1650, que estuvo casado y que tuvo varios hijos, uno de ellos también violista.

Lo más destacable de su vida profesional es que fue maestro de Marin Marais, quien le dedico un Tombeau pour Monsieur de Sainte-Colombe, publicado en 1701, aunque es posible que no falleciera ese año sino algunos antes.

Aparece citado en términos elogiosos por Jean Rousseau en su Traité de la viole (París, 1687), quien da la noticia también de su condición de maestro de Marais.

Su producción se ha conservado manuscrita en bibliotecas de Gran Bretaña y Francia: 180 piezas para viola bajo y 67 Concerts à deux violes esgales.

De estos Concerts se han seleccionado varias piezas, incluyendo un tombeau, género propio de la música francesa de la época que constituye un epitafio musical grave y emotivo para un amigo, y que alcanzó una gran difusión.

En la gigantesca e inigualable producción de Johann Sebastian Bach, las seis suites para violonchelo solo (BWV 1007 a 1012) ocupan un lugar destacado dentro de la música instrumental solista.

De ellas no se conserva el manuscrito autógrafo y sólo se conocen a través de una copia que realizó su segunda esposa, Ana Magdalena, hacia los años 1720-1721.

La Suite nº 5 BWV 1011 consta de siete secciones que siguen el orden clásico de este género alternando, como es habitual, ritmos y agógicas contrastantes que responden al título de la danza que evocan.

Destaca la “Sarabande” por su extrema brevedad, de sólo 20 compases de duración.

La selección de las partes de la suite, así como la versión para viola, se deben al intérprete Paolo Pandolfo.

Cierra el concierto un compositor poco conocido para el público español: el alemán Christoph Schaffrath.

Como clavecinista y organista estuvo al servicio de Federico el Grande cuando era príncipe, y desde 1741, al servicio de la princesa Amalia, hermana de Federico.

Su estilo se inscribe en la generación de los hijos de Bach y en sus obras muestra algunos elementos propios del estilo galante como frases cortas y contrastadas, junto a técnicas más tradicionales y contrapuntísticas.

Su producción musical se centra en la música instrumental e incluye varios conciertos para instrumentos solistas, música de cámara para violín y flauta, sonatas para clave y otros instrumentos, y más de 20 duetos para diversos instrumentos, entre los que se encuentra uno para dos violas da gamba bajas que es el interpretado en este concierto.

Podría ser un buen ejemplo de cómo la viola da gamba sigue su curso, aunque posiblemente en círculos reducidos, muchos años después de que decayera su uso y repertorio en entornos profesionales.

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